Los lunas rojos (en inglés llamados sunfishes=peces sol) son animales oceánicos (viven en mar abierto) de costumbres solitarias, pertenecientes a la familia Lamprididae. Muy raros de observar, se distribuyen ampliamente por las aguas tropicales y templadas de los océanos. En el caso del Atlántico Este se han recolectado desde Groenlandia y Noruega hasta el sur de Angola. También están presentes en el Mediterráneo. Habitan desde superficie hasta unos 300-400 metros de profundidad, alimentándose de pequeños peces y crustáceos. Su cuerpo (muy comprimido), más alto que ancho, llega a adquirir una forma casi circular (de ahí el nombre con el que comúnmente se les conoce).
Muy llamativos por la intensa y atractiva coloración plata y roja con manchas blancas, se diferencian de otros lunas, Mola mola, Masturus lanceolatus o Ranzania laevis que pertenecen a otra familia, Molidae, que también -en escasas ocasiones- son vistos en aguas del Archipiélago. La pieza que se exhibe en el MNH (en una de las salas de biología marina, junto a otras rarezas de las que iremos comentando detalles desconocidos más adelante) fue donada hace algunos años por pescadores del norte de Tenerife -en concreto del Puerto de la Cruz-, que la capturaron de manera fortuita en el curso de sus faenas. El ejemplar del Museo de la Naturaleza y El Hombre es auténtico (no reproducción) y muestra fielmente los colores naturales de la especie.