Las primeras crónicas e historias elaboradas en Canarias suponen la génesis de los relatos locales de la conquista y posterior colonización, constituidos por reseñas bélicas, sucesos entre los conquistadores y el mundo indígena, listados de obispos y autoridades castellanas. Uno de esos manuscritos promovió tres versiones semejantes pero no idénticas cuyas autorías permanecieron mayormente en el anonimato. Las fechas imprecisas de su redacción obedecen a las citaciones específicas que se hallan en las réplicas que de ellos se conservan.
El texto de Oviedo u Ovetense
Se trata de la copia de una Crónica descubierta por Vizcaya Cárpenter en la Biblioteca Universitaria de Oviedo que lleva por título “Libro de la conquista de la ysla de Gran Canaria y de las demas yslas della trasladado de otro libro orijinal de letra de mano fecho por el alferes Alonso Jaimes de Sotomayor que uino por alferes mayor de la dicha conquista el qual se hallo en ella desde el principio hasta que se acabo y murio en la uilla de Galdar en Canaria donde tiene oy uisnietos, el qual libro orijinal rremitio a esta ysla el capitan Jhoan de Quintana persona fidedina y de mucho credito donde fue trasladado por el capitan Alonso de Xerez Cardona en quatro de marso de mil y seissientos y treynta y nueue años”.
A tenor de este título sabemos que es una copia de un texto atribuido a Jaimes de Sotomayor cuyo original se encuentra en paradero desconocido y cuya réplica, elaborada por Jérez Cardona, es la actual Crónica Ovetense. Según Morales Padrón, el manuscrito perteneció a Luis Fernández de Córdoba y Arce, Capitán General de Canarias entre los años 1638 y 1644, quien al finalizar su mandato lo trasladó consigo a la Península, siendo posteriormente remitido a Gran Canaria por Juan de Quintana. En el siglo XIX el volumen era propiedad del bibliófilo Bartolomé J. Gallardo y, tras su muerte, fue vendido por sus herederos a Felipe de Soto Posada, de cuyo hijo lo adquirió Roque Pidal. Y, a su vez, los herederos de éste lo vendieron a la Universidad de Oviedo. La copia del “Libro de la conquista…” culmina con el último obispo nombrado en 1621 y unas estrofas de Bartolomé Cairasco exaltando el origen de los Betancores.
La transcripción y estudio pormenorizado del manuscrito de Oviedo lo debemos a Morales Padrón, para quien la primera redacción del texto no va más allá de 1525 porque, según él, Alonso Jaimes pudo morir hacia 1512. Martín de Guzmán contradice estos argumentos al considerar que la “Crónica Jaimez” habría permanecido en poder de sus descendientes hasta que el capitán Juan de Quintana envió una copia a Tenerife en 1639 que dio lugar a Ovetense y Lagunense. La posibilidad de que el redactor fuese Francisco Jaimez de Sotomayor, hijo del conquistador, es una proposición bien solvente visto su protagonismo ante las instancias de la Corte como consecuencia del litigio acontecido entre Gáldar y Santa María de Guía en 1526.
Dr. José Juan Jiménez González, Conservador del Museo Arqueológico de Tenerife.