Evapotranspiración potencial Penman – Monteith en Tenerife (Periodo 2004 a 2019)
Introducción al estudio de la evapotranspiración potencial Penman - Monteith
¿Qué es la evapotranspiración?
La evapotranspiración (conocida por sus siglas ET) es la combinación de dos procesos separados donde se pierde agua a través de la superficie del suelo por evaporación y, también, mediante transpiración del cultivo. Mientras que la evaporación es el proceso por lo que el agua líquida se convierte vapor de agua y se retira de la superficie evaporante.
Recordemos que para cambiar el estado de las moléculas de agua de líquida a vapor se requiere energía, evidentemente, energía que es proporcionada por la radiación solar directa y, en menor grado, la temperatura ambiente del aire. La fuerza impulsora para retirar el vapor de agua de una superficie evaporante es la diferencia entre la presión del vapor de agua en la superficie evaporante y la presión de vapor de agua de la atmósfera circundante. Por eso, a medida que ocurre la evaporación, el aire circundante se satura y el proceso se vuelve cada vez más lento, hasta detenerse completamente si el aire húmedo circundante no se transfiere a la atmósfera, es decir, no se retira de alrededor de la superficie. El reemplazo del aire saturado por un aire más seco depende estrechamente de la velocidad del viento. Por lo tanto, la radiación, la temperatura, la humedad atmosférica y la velocidad del viento son parámetros climatológicos a considerar al evaluar todo proceso de evaporación.
Se denomina presión de vapor la que ejerce la fase gaseosa o vapor sobre la fase líquida en un sistema cerrado a una temperatura determinada, y en la que la fase líquida y el vapor se encuentran en equilibrio dinámico. Su valor es independiente de las cantidades de líquido y vapor presentes mientras existan ambas. Si la superficie es suelo, el grado de cobertura por parte del cultivo y la cantidad de agua disponible en la superficie evaporante son factores que afectan a dicho proceso. De ahí que, lluvias frecuentes, el riego y el ascenso capilar en un suelo con manto freático poco profundo, mantienen mojada la superficie del suelo. Sin embargo, en casos en que el intervalo entre la lluvia y el riego es grande y la capacidad del suelo para conducir la humedad cerca de la superficie es reducida, el contenido en agua en los estratos superiores disminuye y la superficie del suelo –como es lógico pensar- se seca. Bajo estas circunstancias, la disponibilidad limitada del agua ejerce un control sobre la evaporación del suelo.
La transpiración consiste en la vaporización del agua líquida contenida en los tejidos de una planta y su posterior pérdida hacia la atmósfera. Sabemos que los cultivos pierden agua predominantemente a través de estomas, es decir, de las pequeñas aberturas en la hoja de la planta a través de las cuáles atraviesan los gases y el vapor de agua desde la planta hacia la atmósfera. El agua, junto con algunos nutrientes, es absorbida por las raíces y transportada a través de la planta. La vaporización ocurre dentro de la hoja, en los espacios intercelulares, siendo el intercambio del vapor con la atmósfera controlado por la abertura estomática. Casi toda el agua absorbida del suelo se pierde por transpiración, solamente una pequeña fracción se convierte en parte de los tejidos vegetales.