Un trabajo de director canario Pedro Felipe en colaboración con Museos de Tenerife.
Canarias a la sombra de los volcanes, producido por Alas Cinematografía, obtiene en mayo de 2015 el Gran Premio del Festival de Aves y Naturaleza Abberville (Festival de l´Oseau et de la Nature), Francia, además de ser seleccionado en otros festivales internacionales. Gracias a este reconocimiento, la reputada distribuidora alemana Albatross World Sales ha comenzado a distribuir el documental, cuyos derechos han sido adquiridos, recientemente, por el National Geographic Channel para su emisión en Estados Unidos.
Esta producción del cineasta Pedro Felipe Acosta, considerado uno de los directores de documentales de naturaleza más prestigiosos de Canarias, ha sido patrocinada por Museos de Tenerife y Promotur Turismo de Canarias. Además, contó con el asesoramiento científico y con la colaboración en la redacción del guión de Guillermo Delgado, biólogo del Museo de la Naturaleza y el Hombre.
Una película que, sin lugar a dudas, será un importante escaparate para la promoción de nuestras islas por el mundo y una potente herramienta para la educación ambiental.
Este documental se centra en la joven isla de El Hierro: sus lagartos gigantes, sus águilas pescadoras, la Sarda (un tiburón de hábitos poco conocidos y llegado desde los abismos marinos), etc.; la extraordinaria fauna marina que habita las aguas que rodean a estas islas volcánicas: ballenas y delfines; la espectacular riqueza biológica y paisajística del Parque Nacional del Teide; los llanos semidesérticos de Fuerteventura con su sorprendente fauna: el guirre majorero; los ancestrales bosques de laurisilva del Parque Nacional de Garajonay, en La Gomera, un bosque subtropical en el techo de una isla volcánica; el impresionante jable de Soo, en Lanzarote, donde se concentra la mayor densidad de hubaras de todo el mundo; y el noroeste de esta isla, destino de grandes viajeros como los halcones de Eleonora, que llegan desde la lejana isla de Madagascar, a casi nueve mil kilómetros de distancia, para reproducirse a la sombra de los volcanes que los vieron nacer.