La Dra. Esther Martín-González, conservadora de Paleontología y Geología del MUNA, ha participado en un artículo publicado en la prestigiosa revista Quaternary Science Reviews, junto a investigadores de varios centros de investigación de Portugal, el Boston College y el IGME-CSIC, con los que viene colaborando desde 2017.
En este trabajo, titulado “Range expansion of tropical shallow-water marine molluscs in the NE Atlantic during the last interglacial (MIS 5e): Causes, consequences and utility of ecostratigraphic indicators for the Macaronesian archipelagos” se hace un análisis del rango de distribución de las especies de moluscos de aguas tropicales durante el último Máximo Interglacial, hace 120.000 años, en la Región Macaronésica.
Actualmente la Macaronesia se ubica entre la zona climática templada y tropical, y está influenciada por la Corriente del Golfo y de Canarias, lo que favorece la distribución de norte a sur de las especies marinas. Los cambios en las condiciones abióticas registrados durante el último Máximo Interglacial (por ejemplo, la temperatura de la superficie del mar, el régimen de corrientes superficiales de agua, los patrones de viento, el cambio del régimen de upwelling, etc) hizo que las especies experimentaran una expansión de su área de distribución, principalmente hacia latitudes más altas.
La revisión datos ya publicados y de varias colecciones museísticas, sobre el registro fósil de moluscos del Último Máximo Interglaciar de todos los archipiélagos macaronésicos, así como de las costa noroeste africana, resultó en una extensa lista compuesta por 419 taxones (112 bivalvos y 307 gasterópodos). De ellos, revelamos que 24 especies son indicadores de las condiciones tropicales que dominaron este periodo, mejorando la datación relativa de los yacimientos macaronésicos de este periodo geológico.
Actualmente la dispersión de especies marinas entre los archipiélagos macaronésicos o hacia o desde las costas continentales es muy rara, ya que las corrientes oceánicas y el afloramiento de aguas profundas constituyen enormes barreras. Además, la temperatura superficial del mar sigue siendo más baja que durante el último Máximo Interglaciar en Azores y Madeira, lo que provoca que los individuos asociados a algunos y eventuales eventos de dispersión de especies tropicales, no puedan establecer poblaciones reproductivas viables.
Nuestra hipótesis es que la expansión de las especies tropicales hacia latitudes septentrionales ocurrió hace entre 140 y 130 mil años, al final de lo que se conoce como Terminación 2. Durante este período, las barreras oceanográficas se debilitaron y surgieron nuevas y efímeras corrientes oceánicas superficiales. Estas corrientes actuaron como “ventanas de oportunidad” para la dispersión a larga distancia, no sólo permitiendo la expansión latitudinal de especies tropicales hacia el norte, sino también, aunque en menor cantidad, de especies templadas hacia el sur.
También se pueden extraer importantes conclusiones biogeográficas de este trabajo. Sergio Ávila et al. (2016) demostraron que, durante el Plioceno, hace 5,6 millones de años existía una sola unidad biogeográfica que incluía todos los archipiélagos macaronésicos, el mar Mediterráneo y extendiéndose hacia el sur hasta Angola. Durante el evento de enfriamiento del Plioceno medio (3.0 Ma), los límites biogeográficos de la región macaronésica cambiaron. El archipiélago de Cabo Verde se mantuvo dentro de una región climática tropical, pero se aisló de los demás archipiélagos macaronésicos, que quedaron sujetos a climas subtropical/ templado-cálidos. Durante el último Máximo Interglaciar se produjeron cambios en la geometría de la biogeográfica existente, de manera que la Macaronesia extiende sus límites desde Cabo Verde hasta Azores.
Por tanto, concluimos que el efecto combinado de la distancia, la latitud y la temperatura superficial marina plantean un efecto de filtro ecológico en la expansión del rango de distribución de algunas especies marinas tropicales hacia latitudes más altas.