La celebración del 50 aniversario de la creación de estos espacios protegidos evidencia la satisfacción de comprobar el excelente estado de salud de nuestros Parques, que, a pesar de todo, prosperan con el paso del tiempo.
La declaración de estos Parques Nacionales significó el comienzo de la salvaguarda del patrimonio emblemático canario y hoy contribuyen significativamente al éxito de la política de defensa y conservación del medio natural.
La exposición está estructurada en dos grandes bloques: uno dedicado al P.N. de El Teide y el otro al P.N. de la Caldera de Taburiente; cada uno de ellos está compuesto por 12 paneles articulados de forma idéntica:
1. Historia de la formación del Paisaje
2. Cronología de la Red de Parques
3. Referencias en la Historia del Parque
4. El Uso Público del Parque
5. Investigación
6. Desarrollo Sostenible
7. Las personas
8. La Red de Parques
9. Flora
10. Fauna
11. Gea
12. El Hombre y el Parque
Para el P.N. del Teide, el Diorama ha recreado un aspecto de lo más sorprendente a pesar de la cercanía geográfica con el trópico de Cáncer: la nieve de las Cañadas del Teide. Entre paisajes de coladas, la vida se manifiesta con sorprendente riqueza, en especial la flora. Ambos, flora y fauna endémica, se han representado tomando los ejemplos más representativos.
Para el P.N. de la Caldera de Taburiente, a diferencia del sorprendente paisaje de lava de El Teide, se ha recreado un espacio cuya protagonista es el agua. Así, se han situado las principales especies emblemáticas de flora y fauna.
Como colofón a la escenografía expuesta, nos encontramos con un gran panel hiperrealista representativo de ambos Parques.
Hasta aquí pudiera parecer que el visitante es mero espectador de la información que se muestra; sin embargo, la exposición también ofrece información interactiva: la tecnología también tiene su espacio y para tan especial ocasión se han realizado lo que comúnmente se llama «vuelos virtuales». La mención de «Parque Nacional» implica ciertas restricciones cuya última finalidad es la protección del medio y, por tanto, el beneficio de todos, personas y ecosistemas. Dentro de estas restricciones ésta el límite al libre acceso por el espacio. Sin embargo, a través de los «vuelos virtuales» podemos visitar a voluntad lugares y rincones que de otra forma no sería fácilmente posible. Es el visitante el que elige por dónde quiere «volar» y dónde «posarse». Esto es posible a través de auténtica tecnología de vanguardia: son aplicaciones informáticas exclusivas que nos sitúan, de forma literal, en cada uno de los puntos de los Parques previamente seleccionados.
Esperamos que al finalizar el recorrido de la muestra, cuando menos, haya provocado la reflexión del visitante. Sería un buen paso hacia la calidad de vida que perseguimos.