El Museo de Naturaleza y Arqueología presenta “Etología en la Quietud”, una nueva instalación que, ambientada en el periodo de confinamiento del año 2020, reflexiona sobre el impacto de la presencia humana en el planeta.
En noviembre de 2019 los medios de comunicación se hacen eco del primer caso de una nueva enfermedad, el coronavirus o Covid-19. Lo que en ese momento era una realidad de un país lejano, se convirtió en una cuestión de índole global, derivando en una situación de pandemia en la mayor parte de países. Esto dio paso a un encierro sanitario sin precedentes en la historia contemporánea, transformando la vida de millones de personas. Casi de la noche a la mañana, surgió un nuevo glosario de términos que acompañó a las personas durante dos años, y que aún hoy en día están en nuestras memorias o incluso en nuestra realidad cotidiana, como, por ejemplo, sanitarios, distancia social, curva de contagios o paciente cero, mientras que otros como desescalada tomaron nuevo significado. El teletrabajo, el hidrogel y las mascarillas llegaron para conformar la “nueva normalidad” mundial.
El MUNA busca plasmar todos esos momentos y sensaciones vividas en el confinamiento en un nuevo ámbito expositivo, “Etología en la Quietud”. El visitante se encontrará en el salón de casa el día 20 de abril de 2020. La estancia, un entorno casi teatral, hará que el espectador tenga un viaje inmersivo a nivel cognitivo con las emociones vividas durante los meses de confinamiento. Una vez el visitante entra a la sala su única ventana con la realidad viene de la mano de una televisión. En ella se proyectarán vídeos e imágenes de cómo la biota vivió sin el impacto humano durante ese tiempo.
Este nuevo ámbito expositivo permite al visitante conocer comportamientos atípicos en ciertas poblaciones animales vividos durante el confinamiento, con especial incidencia en los enclaves urbanos. La fauna “colonizó” las calles ante la ausencia de actividad humana y baja contaminación, por ejemplo, jabalíes en las calles de Barcelona o cisnes y medusas en los canales de Venecia. Además, en ese momento de encierro la primavera brotaba con absoluta libertad y la flora pudo vivir un esplendor histórico, con su llegada la naturaleza se transformó y ofreció paisajes hermosos.
“Etología en la Quietud” evoca una reflexión sobre la necesaria mejora en la coexistencia de los humanos y la naturaleza para lograr la sostenibilidad, salud y bienestar de nuestro único y limitado planeta.
Para saber más: ¿Alpispas en el salón? (Etología y quietud), por Fátima Hernández, directora del Museo de Ciancias Naturales de Tenerife (MUNA)