Se celebra el próximo 3 de marzo el Día Mundial de la Vida Silvestre, y desde las Naciones Unidas nos exhortan a crear conciencia y trabajar por la diversidad biológica del mundo en que vivimos. El Museo de Ciencias Naturales de Tenerife se une a este deseo y propósito, con la confianza de llevar a cabo cada día –con el plantel de excelentes profesionales que trabajan en sus instalaciones? estos principales objetivos, marcados por el sentido de la conservación y, en especial, de la divulgación de los valores del medio natural. Sus amplias colecciones –joyas de diversidad, bibliotecas de ciencia?, sus curiosas exposiciones; publicaciones, así como el amplio abanico de actividades, que se organizan, giran en torno a la ciencia, la riqueza de fauna, flora y gea de Canarias y la región macaronésica.
Pequeños y mayores encuentran en el Museo –dentro de su programación? el sitio ideal donde deleitarse con conocimientos actualizados sobre naturaleza; comprender y respetar la vida silvestre; experimentar en talleres especializados complementarios a los temas habituales de la enseñanza reglada; escuchar novedades sobre ciencia en brillantes conferencias; admirar majestuosas imágenes terrestres o submarinas, pero sobre todo hallan el lugar cálido donde aprender cada día las enseñanzas de la propia naturaleza, sabia y aleccionadora, no siempre ponderada, a veces maltratada, en ocasiones ignorada, pero esencial para el funcionamiento armónico del Planeta, de nosotros, de todos.
Por eso, hoy en día, cuando se mira hacia los museos como centros de referencia en custodia, divulgación e investigación del patrimonio natural, es una obligación, para los profesionales vinculados a la Historia Natural, unirnos al sentir, a la preocupación de las Instituciones, hacer partícipes, a todos, de la riqueza de nuestro entorno, en especial a los jóvenes. Los museos de ciencias naturales son guardianes de vida (custodian colecciones, patrimonio de la humanidad), vida diversa, unas veces conocida, en otras ocasiones ignota, pero siempre de valor incalculable. Por tanto, seguimos trabajando para estudiarla y protegerla y ser modelos de actuación para los más pequeños, por su futuro, un futuro en el respeto de la vida silvestre, custodio en definitiva del devenir colectivo.
«…produce una enorme tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha…», Victor Hugo.