La estructura tridimensional de estos restos permite afirmar que pertenece a una serpiente pequeña del grupo de las culebras, según análisis realizados en el London College.
En las islas Canarias existe actualmente un único grupo de réptiles autóctonos representado por tres familias: lagartos, perenquenes y lisas, y una culebra introducida recientemente en Gran Canaria. Pero la diversidad de este grupo fue mucho mayor en el pasado del archipiélago, con tortugas terrestres gigantes que se distribuían en varias islas o grandes lagartos que podían llegar a medir cerca de un metro y medio de longitud.
Hasta hace relativamente poco desconocíamos la presencia de restos fósiles de serpientes en las islas. Las excavaciones de los sedimentos miocenos (que tienen más de 6 millones de años) de Órzola (Lanzarote) para estudiar los huevos de grandes aves no voladoras (Ratites) semejantes a los avestruces actuales, han permitido el hallazgo de varias vértebras de serpientes de la familia de los boidos. Pero se trata de vertebras sueltas, hasta que recientemente se halló el esqueleto de un ejemplar de serpiente, con más de 40 vertebras articuladas, en un tubo volcánico próximo a Caleta de Fuste (Fuerteventura). La fragilidad de estos fósiles obligó a que su estudio se realizara con técnicas no invasivas como es el análisis de imágenes de escáner (parecido a lo que se hace con un TAC hospitalario) en el University College London (UCL), con la ayuda de la profesora Susan Evans.
Cómo han llegado esas serpientes a las islas sigue siendo una incógnita. La escasa cantidad de fósiles hace pensar que se trata de ejemplares aislados traídos en el buche o en las garras de aves que volaban entre el continente africano y las islas orientales. Pero la presencia de otras especies ya extintas en estas islas, como son las tortugas terrestres o las ratites, generan dudas de si pudieron existir poblaciones estables de estas serpientes, que pudieron llegar en balsas de vegetación.
Esta investigación del Departamento de Paleontología del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, realizado por los técnicos Esther Martín González y Lázaro Sánchez-Pinto, se ha recogido en el último número de la revista “Makaronesia”, de la Asociación de Amigos del Museo de la Naturaleza y el Hombre de Santa Cruz de Tenerife.