El drago de Marruecos vino a ser conocido botánicamente en 1995 cuando se descubrió una importante población, de miles de ejemplares, en las gargantas del río Umarhuz, un apartado lugar de difícil acceso en la cordillera del Antiatlas.
Los dragos forman auténticos bosquetes colgados de las grietas y paredones de cuarcita de este portentoso lugar. Curiosamente, en las inmediaciones existe una población con un intricado camino de acceso que fue nuestra vía para llegar al fondo del río. Además de la charla, se presentará el número diez de la revista Rincones del Atlántico que también incluye un artículo del ponente de la charla sobre los de dragos de Marruecos.Biólogo y técnico de fotografía científica del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife (MUNA, Museo de Naturaleza y Arqueología).