Dentro del ciclo “Evolución…algo más que Darwin”. V Edición Detectives de la Naturaleza.
Tradicionalmente, la laurisilva se ha venido considerando un vestigio de los bosques subtropicales que se extendían por buena parte de Europa durante el Terciario, de donde desaparecieron en el Plioceno debido a los drásticos cambios climáticos que se produjeron en ese periodo geológico. Esos restos pudieron sobrevivir en los archipiélagos macaronésicos de Azores, Madeira y Canarias, que se vieron menos afectados por los cambios climáticos, gracias a su posición oceánica y a la variedad de microclimas que presentan.
Actualmente, sabemos que la laurisilva no sólo procede de esos antiguos bosques europeos, sino que muchos de sus elementos tienen su origen en África (Erica arborea, Ocotea foetens) o, incluso, en América (Arbutus canariensis). Además, no todas las especies que lo conforman en la actualidad llegaron al mismo tiempo: unas lo hicieron casi desde que las primeras islas comenzaron a emerger, concretamente a Fuerteventura hace más de 20 millones de años, mientras que otras llegaron hace apenas un millón de años, lo que en términos geológicos se considera muy reciente. Por otro lado, se ha podido comprobar la extinción de algunos árboles que en tiempos pasados formaron parte de la laurisilva canaria, como una especie de roble (Quercus), otra de carpe (Carpinus) o de una conífera (Tetraclinis).
En esta charla, haremos un repaso sobre el origen y la evolución de los árboles más característicos de este bosque emblemático, haciendo especial referencia a las investigaciones más recientes en campos como la paleontología, el paleoclima, la biogeografía o la genética molecular, que han proporcionado resultados muy interesantes y novedosos.