Salimos a pasear, quizás por curiosidad. A veces, viajamos para ver otros espacios. ¿Y si la tecnología nos oferta viajes soñados? «Un pequeño paso, para mí, y uno grande para la humanidad» dijo alguien al pisar un satélite muchas veces visto, usado para soñar y, al mirarlo, muchas veces acompañado por un cariño a compartir; que fácil: La Luna.
Años después, alguien decidió ver la otra parte, la cara oscura. Es decir, siempre buscando, curioseando para vivir.
En ese buscar, nos informamos y acudimos a espacios, calles con edificios especiales; unos porque son «antiguos», otros más modernistas y otros popularmente conocidos como Museos. Espacios donde se guardan historias: escritas, dibujadas, artísticamente pintadas, tecnológicamente recreadas … pero todas con un algo en común: VIDA …, de ahí la importancia de La Momia. Curioso, ¿verdad? ya que cuando decidimos entrar, siguiendo siempre un orden, creemos visitar el pasado, y posiblemente se nos olvida una cosa: cualquier Presente es inmediatamente Pasado. Y yo, dice La Momia, ¿dónde tengo mi espacio?
Los primeros habitantes «racionales», desde siempre, son, en nuestro planeta, los humanos y, por tanto, aquellos guardados, custodiados, conservados … con gran amor, siguen estando vivos: Las Momias. Son conservadas /os y estudiadas/os por responsables expertos que ayudan con cariño a recrear nuestra vida.
Fuimos a nuestra u otra ciudad a visitar «el museo» por su estética, por su reputación, y, quizás, nos pasa desapercibido que estamos entrando no solo en nuestra vida sino mucho más: en nuestro futuro. La tecnología y la actual inteligencia artificial nos ofrece un excelente camino para entender nuestra vida a través de Las Momias. Voy a París a visitar un museo, a Londres, a Nueva York… decimos, al volver, a los amigos como referente de a dónde fuimos.
Y si… ¿basados en todo lo guardado, ¡¡vivo!!, creamos espacios de participación?
Observando una obra de arte podemos convertirnos en los ayudantes de los artistas, viendo Las Momias visitamos nuestro futuro. La Momia es algo más que genialidad, es el artista conservado para seguir enseñando; un lujo, no solo tenemos el arte sino también el artista. ¿Qué más valor que la vida en cuerpo de Momia?
La tecnología nos acerca al futuro y usándola podemos saber cómo La Momia vivió, pensó… ¿por qué no hacemos un museo más vivo donde todos acabemos siendo artistas? … y desde aquí atraer el conocimiento de cualquiera, desde el espacio que ocupamos ahora, explicando y enseñando vida desde ellas, Las Momias. Usemos el museo para mejorar nuestro conocimiento, nuestro mundo.
La tecnología, inmersiva, 3D, la Tomografía Axial Computarizada (TAC) o la Resonancia Magnética se utilizan para estudiar la anatomía, fisiología y patología de esos cuerpos con sus vidas itinerantes. Podemos crear caminos para los futuros visitantes que, quizás, deberían llamarse mejor: ¿Momias vivas? Hagamos vida desde donde nace el conocimiento usando los museos como centros de inteligencia real para hacerla continua. Muchas gracias ¡¡¡Tecnología!!!
Y… ¿si además de explorar otros mundos, como la cara «oculta», hacemos el nuestro más vivo gracias a Las Momias? Empleemos el reconocimiento de los cuerpos «antiguos», para entender los nuestros. Ellas / Ellos vivieron antes que nosotros. Sin duda, mucho por decir y enseñar. Las Momias, nosotros, el futuro… forman un camino. Creemos con la tecnología las identidades de nuestros orígenes.
¿Vine a Tenerife para convivir con mi historia o para visitar un museo vivo?
¿Seguro que la única cara oculta era la de la Luna?
Prof. Dr. Manuel Maynar
Médico y director científico de la Cátedra de Tecnologías Médicas. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria