Introducción
Este artículo está dedicado a D. Pedro López Batista, por su entrega generosa de información meteorológica de su propia estación Davis en Puerto del Rosario; a D. Pedro Cabrera de Saá y al Dr. Juan Miguel Torres Cabrera, por sus consejos sobre las características climáticas de una isla sorprendente; a la Dra. Fátima Hernández Martín por sus sugerencias sobre el texto; al Dr. Stephan Scholz por sus consejos y entrega de maravillosas fotos inéditas; a D. Andrés Delgado izquierdo por su foto y diseño del texto y también, mi gratitud a AEMET (Madrid) por facilitar las imágenes gráficas.
Aunque, a priori, pueda parecer que el nombre de nuestra isla se deba a la generosidad de los vientos que la azotan, su origen y significado es bien distinto.
Se dice que el nombre de la isla, Fuerteventura, proviene de una exclamación que hizo el normando Jean de Bethencourt, al llegar a la isla en 1402: "Que forte aventure". El nombre “Forte Ventura” fue puesto en la época con el sentido de “Gran Afortunada”.
La iniciativa de trabajar este fenómeno oceánico y sus consecuencias ambientales en Fuerteventura ha sido iniciativa personal de conocer el clima benigno de una isla, que denomino, sorprendente.
La monografía muestra la importancia de los afloramientos marinos, junto a los vientos cálidos a calientes, húmedos septentrionales en los aledaños de Fuerteventura y sus posteriores consecuencias atmosféricas en el desarrollo de nubosidad orográfica sobre los macizos montañosos de altos de Jandía (sursuroeste), Betancuria y Antigua (centro) y Tefía (noroeste). Despliegue neblinoso y cielos nubosos sobre la mitad norte insular. Un trabajo con fin divulgativo de desmitificar las condiciones adversas de la isla sedienta, donde el clima es semihúmedo a húmedo y cálido la mayor parte del otoño, invierno y primavera, ahora bien, húmedo y caliente en verano.
Pero ¿ qué sucede con el viento majorero?. No es cierto que en todos los lugares y todas las estaciones del año soplen vientos con las mismas intensidades. Las observaciones anemométricas realizadas con la red de estaciones automáticas tienen un denominador común, las intensidades del viento son moderadas a muy fuertes, vientos superiores a 10 Km/h, además, situaciones de viento en calma esporádicas suceden en la franja costera meridional, cotas inferiores a 200 m. En la alargada y estrecha costa sursuroeste a este soplan vientos superiores a 15 Km/h, siempre con alguna componente septentrional. La franja alargada de medianía baja, franja central, cotas entre 200 m a 400 m, los vientos soplan con menor intensidad, vientos débiles a moderados, eso sí, vientos que no cambian de direcciones.
¿Y qué sucede con la ansiada precipitación?. El régimen pluviómetro de Fuerteventura es siempre escaso. La isla tiene un relieve poco acentuado y su proximidad al continente africano condiciona sus características climáticas. Las situaciones barométricas que aportan cantidades de agua destacadas son las invasiones de frentes nubosos e irrupciones de borrascas atlánticas, situaciones poco frecuentes, y sus efectos no se manifiestan con notoriedad sobre la isla.
Las condiciones meteorológicas propicias a depositar agua son “siempre bien recibidas” en la isla sedienta. Las precipitaciones débiles, lloviznas o “precipitaciones ocultas” están estrechamente relacionadas con la elevada humedad ambiental transportada vientos septentrionales, favorecidos por los afloramientos de aguas profundas que los guían, cualidades climáticas gratas muy distintos a los espacios continentales africanos de igual latitud.
El informe está escrito en lenguaje sencillo y pedagógico, dirigido a todos los lectores interesados por temas ecológicos, muestra la encantadora belleza de Fuerteventura e instruye indirectamente conceptos meteorológicos muy utilizados en los medios de comunicación. Es importante mencionar mi asombro al analizar los datos higrométricos de la estación Puerto de Corralejo., donde muchos días a lo largo del año, el contenido acuoso del aire corresponde a una atmósfera en un estado próximo a la saturación. Pensé que el sensor electrónico estaba averiado. La tranquilidad retornó cuando al analizar las observaciones recogidas en la estación automática más próxima, alejada entre sí y una diferencia de altitud de 210 m, mostraban valores ligeramente inferiores, pero del mismo orden de magnitud. Las costas, medianía centro norte y cumbres son lugares muy húmedos, y escenarios ideales para investigar la importancia de las precipitaciones ocultas.