Especies que son fundamentales para nuestra existencia, baste recordar que estudiar los organismos animales y vegetales actuales o de tiempos pasados, clasificarlos, relacionarlos, dónde viven, de qué se alimentan y su comportamiento y papel en la ecología, es vital para la sociedad. Ellos nos proporcionan o intervienen en toda suerte de funciones de los ecosistemas, vitales para los humanos, como calidad de agua, pureza de aire, polinización, control de patógenos u obtención de recursos de todo tipo….
No obstante, los científicos están observando -muy preocupados- cambios muy rápidos en dichos ecosistemas, que están incidiendo en la biota mundial y causando la disminución de la riqueza, abundancia y distribución de todo tipo de especies, en especial las más vulnerables (Hromada et al., 2015). Citemos, por ejemplo, el acusado descenso –ya constatado- en el número de aves (biomasa) presentes en unos veinticinco países europeos (20% menos sobre los datos del año 1980), así como el 50% de pérdida global de individuos de todos los grupos animales desde 1970 (Kress, 2014). Asimismo, cómo un 60% de los primates (componentes esenciales de biodiversidad tropical) se hallan en peligro de extinción y un 75 % han visto mermadas sus poblaciones (Estrada et al., 2017) o más de un 75% de biomasa de insectos, en los últimos veintisiete años, se ha perdido en áreas protegidas (Hallmann et al., 2017).
Todo ello, sin olvidar el serio problema de las especies introducidas/exóticas/invasoras que no solo compiten con las locales, causando estragos en nuestros paisajes/ecosistemas originales, sino que pueden ser portadoras de peligrosos patógenos, con las repercusiones para la salud que ello conlleva (Hatcher et al., 2012)
Por ello, en esta etapa que vivimos de reencuentro con el medio natural, buscando la utopía del equilibrio entre humano y natura, donde las personas muestran cada día -afortunadamente- más sensibilidad hacia los problemas que afectan al medio natural, gustando saber acerca de su patrimonio, los museos representan ese lugar acogedor donde siempre apetece volver para recordar aquello que ha llamado nuestra atención sobre biodiversidad o geodiversidad, o sorprendernos conociendo de manera original novedades sobre seres, hábitats, fenómenos o eventos científicos de interés, algunos protagonistas de noticias de actualidad en los medios de comunicación.
Somos conscientes que el papel actual de los museos está cambiando y, por tanto, el reconocimiento de la importancia del material biológico/geológico que estos centros albergan y que se investiga con ahínco. Especímenes incluidos en preparaciones (caso de microorganismos hallados en zonas crípticas) o inmersos dentro de frascos herméticos con líquidos especiales que permiten perpetuar sus características durante siglos (para futuras generaciones). Otros, al abrigo de papeles –libres de ácidos- en enigmáticos herbarios que acogen plantas de interés medicinal; a la espera paciente de estudio en gigantescas cámaras frigoríficas o sometidos a delicadas, pausadas y complejas técnicas de naturalización que pueden durar meses, hasta conseguir un acabado perfecto, idéntico al que tienen los seres en su medio… Ejemplares que, desde la mitad del siglo XX, son considerados elementos fundamentales, bibliotecas de ciencia; no solo testigos de vida en tierra y océanos (que lo son), sino herramientas (recursos) para encontrar la solución a enigmas que preocupan y…mucho a la Humanidad.
Y es que no podemos obviar que estas colecciones, donde se incluyen, además de las clásicas conocidas, material genético (ADN), tejidos, otolitos, huevos, pieles, huesos, fósiles, esqueletos, así como pliegos botánicos, contribuyen, de manera notoria, tanto a la ciencia como a la sociedad (algo no siempre difundido, comprendido y asumido), y en campos tan divergentes como seguridad pública, sanidad, cambio climático, prevención de catástrofes, cultivos agrícolas, contaminantes, enfermedades puntuales o pandemias….
Por ejemplo, nuestras colecciones (Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, MUNA) incluyen 250.000 registros, entre insectos, fósiles, minerales, moluscos, aves, mamíferos, vegetales, invertebrados y vertebrados marinos, pero hay mucho más en fase de investigación… Algunos de estos elementos (en turno de espera, si me permiten la expresión) pueden ser nuevos para la ciencia (ampliando los listados de fauna, flora o gea), únicos a nivel mundial, o tal vez la solución para problemas que atañen a la supervivencia del humano, como antes hemos señalado.
En opinión de numerosos estudiosos, los museos de ciencias naturales ofrecen un amplio rango de información/conocimiento/especímenes/recursos sobre colecciones, joyas de valor incalculable que se conservan, custodian, investigan, exhiben y se relacionan sin solución de continuidad para un público leal (que nos visita) y otro que, una vez que las conoce (descubre), quiere regresar con frecuencia para saber de ellas a través de proyectos de divulgación apasionantes, exposiciones de temas novedosos, talleres para distintos niveles de enseñanza, módulos interactivos o simplemente como piezas originales mostradas con orgullo…Esto se aglutina y proyecta desde un personal dedicado por devoción y pasión a enseñar el patrimonio que, incluso por simple egoísmo, debe ser protegido en atención a protegernos a nosotros mismos, es decir, a tener asegurado un futuro común.
Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio, cada año, les invitamos una vez más a venir a los museos, al tiempo que, in situ o virtualmente, pasear, observar, en definitiva, disfrutar con respeto y admiración de nuestros maravillosos enclaves naturales, al amparo de variadas figuras de protección (parques nacionales, naturales, parajes, reservas, sitios…), conocer un poco más las especiales características que albergan los ecosistemas de Canarias (terrestres y marinos), ya que debemos ser conscientes de que son únicos y de valor incalculable, no solo en diversidad biológica, geológica o paleontológica, también estéticamente, es decir, sencillamente, para deleite de nuestros sentidos…
El equipo del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife (MUNA) les desea un…