Su datación está comprendida entre 1031 AD y 1416 AD, aunque la fecha más probable es el siglo XIII.
El cadáver había sido depositado en posición de decúbito supino y procedía de una cueva de Araya (Candelaria, Tenerife).
Las extremidades inferiores presentan una deformación congénita en sus pies. Según Rodríguez Martín e Isidro Llorens (2003) se trata de talipes equinovaro congénito bilateral, lo que conocemos como pies zambos o pies equinovaros (los pies están dirigidos hacia el interior y la persona parece caminar con los tobillos). Se trata del único caso conocido hasta el momento entre la población guanche.
El pie equinovaro es la malformación congénita más frecuente delmismo, se da en aproximadamente 1 de cada 1000 nacimientos y puede ser uni o bilateral. Aufderheide y Rodríguez Martín (1998) señalan que existe una predisposición familiar. Según Mann y Hunt (2005) el individuo camina apoyando todo su peso sobre la parte externa del quinto metatarsiano que estará engrosada.
Se desconoce el yacimiento exacto en el que se encontró, ya que los restos fueron entregados al Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife, creado en 1877, por los corresponsales del mismo en la zona de Araya (Candelaria). En 1958 pasaron del Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife a formar parte de las colecciones del Museo Arqueológico de Tenerife.
En la zona de Araya han sido citados descubrimientos de varias momias y restos de cuerpos momificados. En la documentación se encuentran recogidos:
En el Museo Arqueológico de Tenerife se encuentran restos esqueletizados de la zona de Araya que pertenecen al menos a 6 hombres, 5 mujeres y 2 adolescentes. Las edades de los individuos masculinos estaban comprendidas entre los 20 y los 34 años. En el caso de las mujeres, 2 tenían entre 25 y 29 años en el momento de su muerte, otras 2 se encontraban en el intervalo entre 40 y 44 años y una quinta tenía más de 50 años de edad; estas tres últimas se pueden considerar muy longevas pues se encuentran muy por encima de la esperanza de vida de la población guanche, que aunque varía según las zonas, es de aproximadamente 31 años de edad.
Mercedes Martín
Técnico del Instituto Canario de Bioantropología