Al igual que sucede con la mayoría de los archipiélagos volcánicos recientes, el registro fósil en Galápagos es escaso. Sin embargo, la información que se puede obtener de los organismos que vivieron en épocas pasadas es de suma importancia a la hora de interpretar el pasado y la evolución de estas islas. Si tenemos en cuenta que estamos tratando con uno de los apartados menos estudiados de la Naturaleza de Galápagos, el interés de este tipo de investigaciones es enorme, ya que cualquier dato aportado supone un avance en el conocimiento del origen de las islas, su poblamiento animal y vegetal, área de procedencia, medios de dispersión, época de arribada y, sobre todo, la evolución de la vida en los ecosistemas insulares y sus relaciones paleobiogeográficas. Dentro del Proyecto Galápagos, en las expediciones de 1990, 91 y 92 nos hemos centrado en el medio litoral marino, ya que tanto los depósitos litorales o «playas levantadas» como los enclaves de calizas fosilíferas asociadas a algunos conos volcánicos, suministran valiosa información sobre diversos parámetros del mar de hace miles de años. La correcta determinación de. la fauna y flora que contienen estos depósitos y la interpretación adecuada de las condiciones tafonómicas y paleontológicas durante la formación de los mismos, puede contribuir a dilucidar, junto con las dataciones radiométricas y paleomagnéticas, el pasado de la vida marina de estas Islas.