En el 2001, el OAMC editó este clásico de la historia de la navegación, heredero de una ingente tradición literaria, tal como se desprende de su propio título. El texto en cuestión, de Pierre Bergeron, es una reedición de 1630, a cargo del mismo autor, de una obra publicada un año antes. La particularidad estriba en que esta última se añadió una segunda parte, incluyendo el texto del manuscrito B de Le Canarien, siempre vinculado al entorno de la familia Bethencourt, descendiente de Jean de Bethencourt, el primer conquistador de las Islas Canarias.
El Tratado…es una síntesis sobre los conocimientos atesorados sobre la náutica en una época en la que los mares fueron dominados por Portugal y España; pero también sobre los territorios y el comercio. Bergerón sitúa a Francia como el eje del mundo, amparándose en el mercantilismo apadrinado por Colbert. En este contexto, las Islas Canarias ingresan en la categoría de los nuevos descubrimientos, presentándose como territorio del mundo real frente a su consideración tradicional que las ubicaba en la mitología.