El Museo de Historia se vincula a esta celebración adornando su fachada con elementos vegetales a la antigua usanza de las fiestas canarias, participando de los eventos de la ciudad en la que se ubica y tratando de aplicar la concepción del Museo como un «todo» en el que la experiencia del público no acaba con la visita a la exposición permanente, sino que se prolonga a través de otras fórmulas con las que el Museo se manifiesta.