Se conoce por mundillo al utensilio provisto de una almohadilla rígida que se utiliza como soporte para hacer encajes de bolillos, técnica que se cree fue introducida en España por los árabes y que ya estaba plenamente desarrollada en el siglo XV. Al siglo siguiente se expandió de forma extraordinaria en España, Italia, Francia, Países Bajos e Inglaterra como consecuencia de la proliferación de la moda de los cuellos y puños de lechuguillas de encajes.
Los mundillos más usados en España consistían en un cilindro rígido de poco más de medio metro de largo y veinte cm. de diámetro, relleno de paja o crin, forrado de tela donde se fijaba el picado -cartoncillo con el modelo a ejecutar con una serie de orificios por donde se introducen los alfileres en los que se entrecruzan los hilos- en algunos casos provistos de patas en la parte trasera para mantenerlo inclinado. Otras veces se apoyaba en una mesa o sobre otros tipos de soportes.
Durante el siglo XIX y principios del siglo XX proliferaron, en las ciudades, los mundillos en forma de rodillo giratorio montado en una estructura de madera que podía disponer de una gavetilla en la base, donde se guardaban los diferentes útiles complementarios usados en la elaboración.
Los bolillos consisten en palillos torneados, generalmente de madera de boj, compuestos por la cabeza o punta, la bobina o carrete –que sirve para almacenar el hilo–, y el puño o cuerpo, que es por donde se manipulan. Los hay de diferentes tamaños y formas pero siempre mantiene sus partes fundamentales.
La redina se usaba para cargar los bolillos –enrollarles el hilo con el que se va a trabajar-. Es una herramienta que destaca por su extraordinaria rareza y porque su denominación ha desaparecido en el español de la Península, conservándose en Canarias y en algunos países de Hispanoamérica.
Junio: Museo de Historia y Antropología de Tenerife (Casa Lercaro)
Julio: Museo de la Naturaleza y el Hombre
Horario: de martes a domingo, de 9:00 a 19:00h.
La Pieza del Mes
El Organismo Autónomo de Museos y Centros ha puesto en marcha una iniciativa denominada “La pieza del mes” con el objetivo de acercar a los visitantes, de una manera divulgativa y comprensible, a algunos objetos o especímenes singulares que se conservan en los almacenes de colecciones y que no están expuestos al público.
Esta acción se desarrollará en el Museo de la Naturaleza y el Hombre y en el Museo de Historia y Antropología de Tenerife. La pieza seleccionada y expuesta en cada museo se exhibirá, pasado el mes, en el otro; y viceversa.