Hace escasamente unos días una de las Cajas de Mnemosyne, la diosa de la memoria, era trasladada al CEIP AYATIMAS de Valle de Guerra, desde el Museo de Historia y Antropología de Tenerife. Allí esperaban dos representantes de las aulas de infantil, 1º y 2º de primaria, para coger el testigo de cuidar el contenido de la caja. En esta ocasión se trata de dos moldes de rapadura de la colección de Alimentación y Cultura del museo. Durante su estancia en el colegio, estos objetos les permitirán trabajar de manera transversal contenidos vinculados con el currículo de diferentes materias e investigar sobre el nombre y uso de los mismos. El resultado de este proceso de aprendizaje llegará incluso hasta las familias, que a finales de curso si así lo quieren, podrán llevar la Caja de Mnemosyne a sus casas, colaborando a enriquecer las memorias colectivas sobre esos objetos.
Un único y singular objeto, aun sabiendo por quién, cuándo, dónde y para qué fue elaborado, aun conociendo con qué materiales y con qué técnicas fue fabricado, en fin, aun teniendo toda su “biografía”, está siempre sujeto a infinitas y muy variadas interpretaciones sobre su significado y relevancia. Al entrar en el museo, una vez separado de su contexto vital, a un objeto le es dado un nuevo estatus como algo representativo de unas gentes, de una época, de una cultura. Y así, deviene en algo que queda clasificado, ordenado, archivado. Pero incluso convertido en pieza de museo, un objeto vuelve a revivir por su extraordinario poder de evocar un sinfín de memorias, recuerdos, sentimientos y emociones de quienes lo contemplan. Sin embargo, toda esa capacidad es generalmente frustrada por el silencio impuesto en el museo, que impide precisamente compartir socialmente esas memorias y emociones con otros. Pero ¿Por qué no dejar que el objeto de museo siga provocando efectos y afectos, continúe entrelazando las memorias y mantenga su conexión con la vida de la gente?
Esa es la pretensión de esta Caja de Mnemosyne: reintegrar el objeto de museo al ciclo de la vida, hacerle perder su condición de fósil cultural y dignificarlo en tanto materialización de nuestras memorias individuales y colectivas. Partiendo de la costumbre de las capillas domiciliarias – también llamadas capillitas, o Virgen de familia-, el MHAT pone en circulación la caja de la diosa de la memoria Mnemosyne. Este receptáculo alberga durante su periplo un singular objeto seleccionado de entre las colecciones del museo que esperamos que sirva de motor para el aprendizaje transversal desde los centros educativos.
Para más información puede contactar con el Departamento de Educación y Acción Cultural del MHA en didacticamha@museosdetenerife.org. .