Para los canarios, los guanches fueron y son, al mismo tiempo, lo «otros» y nosotros. Los guanches nos han unido y nos han dividido. En cualquier caso, siempre han estado presentes y forman parte de nuestro sentido común histórico. Vivos o muertos, degradados o enaltecidos, reivindicados o renegados, cristalizan las tensiones históricas de este pueblo. Nos hemos preguntado, una y otra vez, quiénes fueron. En estas siete peñas eso significa, para unos, saber quiénes fueron, «ellos»; para otros, quiénes fuimos o quiénes somos, «nosotros».
Pero en el presente, en cualquier presente, los aborígenes canarios son lo que queremos que sean, lo que quisimos que fueran, pretendiendo ver en el pasado la confirmación de nuestras visiones de hoy. De sus diferentes negativos queremos obtener nuestra propia imagen en positivo. Porque, mirando hacia atrás en la historia de las islas, el guanche no fue casi , nunca un problema del pasado sino del presente y del futuro.