Tanto para ser usada con fines higiénicos, como para protegerse del frío, llevarse por recato o para alimentar la lujuria, la ropa interior no deja lugar a la indiferencia. Es una prenda paradójica que sirve para ocultar lo que se desea mostrar; como objeto de distinción o como elemento uniformador.
Un puente entre la piel y el atuendo exterior, cuyas formas y funciones han ido aparejadas a la moda y, como tal, a los cambios sociales
Con la exposición 1850-1950: Cien años de ropa interior en Canarias, el Museo de Antropología de Tenerife ofrece por primera vez una muestra de lencería de su colección de indumentaria, dentro de los actos conmemorativos del 20 aniversario de la Casa de Carta