Desde el pasado 11 de julio se exhibe, en la sede de Casa Lercaro, sede del Museo de Historia y Antropología de Tenerife, la muestra “Pintando sobre el agua”, del Taller de Artes Plásticas Giro-Arte.
Pintar sobre la superficie del agua es una antigua técnica, que tiene su antecedente más remoto en Japón en el siglo XII. Se trata de la técnica conocida como “Suminagashi”, que significa literalmente “tinta negra que flota sobre agua pura”. Consiste en la aplicación con un pincel sobre la superficie del agua de una gota de tinta, a la que se forzará a dispersarse depositando otra y otra, que dispersará la anterior, y así sucesivamente. El movimiento a mano, delicado, con el pincel soplando o abanicando suavemente sobre la superficie, deforma las gotas flotantes de color, produciendo llamativas y siempre nuevas formas, que se recogen en un papel al posarlo sobre el agua. Estos papeles se usaban, sobre todo, como fondo para textos, escritos o poemas Haiku.
Antes del siglo XV y tras profundas transformaciones −como la incorporación de espesantes al agua, el empleo de colores y uso de utensilios específicos− la técnica se establece en Persia, la India y Turquía, donde recibe el nombre de “Ebrû”, que significa “nube”, por la impresión resultante, también similar al marmoleado. En la época del Imperio Otomano. los papeles marmoleados se utilizaban como fondo de los documentos estatales y de la correspondencia oficial para impedir la falsificación de los documentos, ya que cada diseño es único. A finales del siglo XVI, llegan a Europa los primeros marmoleados turcos, que llaman la atención de algunos encuadernadores franceses e introducen la técnica para la decoración de guardas de libros, poniéndola de moda en Europa.
Independientemente del uso decorativo que se le ha dado históricamente a esta técnica, hay muchos artistas que la han empleado como su medio de expresión. Para la cultura del sufismo, lo que se exterioriza en el papel no son tanto los diseños de las pinturas en sí, sino los reflejos emanados desde el corazón vaciado del propio artista. De ahí que, desde el punto de vista sufí, la intención no sea realizar obras bellamente coloreadas, sino acercarse a la belleza divina a través de la ejecución de un arte altamente contemplativo.
Las obras producidas durante el taller reflejan el proceso creativo de cada uno de los artistas participantes, quienes estuvieron atentos al ritmo aleatorio de la tinta, que gota a gota iban depositando de forma intuitiva sobre el agua para recoger en el papel ese instante en el que conectaron con las formas que se presentaron ante sus sentidos. En muchos casos, su imaginación asociaba estas formas a imágenes de animales, rocas, fondos marinos, personas o situaciones, e incluso a emociones que se reflejan en los títulos que cada uno ha escogido para su obra.
En definitiva, el alumnado-artista del Taller ha “fluido” con la técnica, dejándose llevar por el ritmo natural que el agua les ofrecía, pasando de ser unos asombrados espectadores de un “acto de magia”, a unos pacientes alquimistas que, sin grandes pretensiones, nos demuestran una vez más la belleza de la sencillez.
Taller de Artes Plásticas Giro-Arte
La Sociedad Insular para la Promoción de las Personas con Discapacidad, Sinpromi S.L. inicia en 1995 una experiencia creativa dirigida a personas con discapacidad intelectual, constituyendo el Taller de Artes Plásticas Giro-Arte.
A través de una metodología individualizada, el Taller favorece el desarrollo integral de los alumnos, impulsando sus capacidades creativas y facilitando el acceso a la cultura y el arte como medio de expresión.
Giro-Arte se inicia en las técnicas plásticas bidimensionales, incorporando en los últimos años un aula de grabado, escultura, esmaltado y fotografía. Asimismo, cuenta con una sala de exposiciones propia donde mantiene una muestra permanente de las obras de sus artistas, galardonadas con numerosas distinciones en exposiciones anuales que se realizan en nuestra isla y en otras ciudades de España.