Un encuentro con esta materia en las colecciones del museo
Como otras veces, el museo oferta esta actividad con la finalidad de acercar la colección de textiles e indumentaria al público adulto a partir de una selección de piezas particulares, únicas o especiales, que se mostrarán y explicarán en el propio almacén de textiles. En esta ocasión la actividad de Entretelas mostrará piezas elaboradas en la isla, sin dejar de lado los artefactos que intervienen en cualquiera de las muchas manipulaciones necesarias.
Con la inestimable participación del experto en la colección -Juan de la Cruz Rodríguez−, sin el cristal de una vitrina que nos aleje de lo observado y en un entorno habitualmente cerrado al público, como es el almacén de textiles, los participantes podrán estrechar sus vínculos −pudiendo, incluso, tocar− con algunas de estas piezas.
Y como si de un encuentro de amigos se tratara, el café, el té y las pastas no faltarán en esta cita entre telas.
Los calados
Con esta denominación se conocen los trabajos de deshilados que fueron muy comunes en toda la zona del Mediterráneo desde tiempos remotos. Para la realización de este tipo de trabajos, se requiere de varias operaciones previas consistentes principalmente en el marcado, deshilado y el tensado en el bastidor, para comenzar el trabajo con hilo y aguja, agrupando los haces de hilos con diferentes puntos, consiguiendo hermosos efectos decorativos en las randas y espacios deshilados.
En el siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, estas labores tuvieron especial desarrollo en Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura, llegando a constituir una verdadera industria regentada por algunas casas comerciales, principalmente inglesas, que exportaban las producciones a Europa y América. También fueron muy populares como labor doméstica de las señoras acomodadas. La variedad, perfección técnica y la abundante producción de los calados canarios, hicieron que alcanzaran merecida notoriedad en todo occidente.