Más de 200 000 piezas de diversa índole y procedencia se custodian en los almacenes de colecciones del citado museo
Las colecciones del Museo de Historia y Antropología de Tenerife, como en la gran mayoría de los museos, no son solo las que vemos expuestas en sus salas. Más allá de lo que se exhibe, la mayor parte de sus tesoros, de procedencia diversa, descansan en silencio en los almacenes de colecciones. En concreto, esta compilación de piezas procede de la fusión del Museo de Historia (Casa Lercaro) y del Museo de Antropología (Casa de Carta) en 2007.
El museo ubicado en la Casa de Carta albergó materiales colectados por Luis Diego Cuscoy, que conformaron la colección entonces denominada «De artes y costumbres populares», inicialmente custodiada junto a los fondos del Museo Arqueológico en las dependencias del Cabildo insular.
A través de varias campañas etnográficas, se fueron adquiriendo y conformando las principales colecciones de objetos relacionados con el mundo rural, los oficios y las artesanías. Cerámica, cestería, aperos agrícolas, molinería, entre otros, constituyeron las áreas temáticas más recurrentes ilustradas con estos objetos, a los que se les han ido sumando un importantísimo fondo de indumentarias, artes y tecnologías textiles, el archivo fotográfico Vicente Pérez Melián y las colecciones de turismo, tecnologías modernas y documental.
El caso del Museo de Historia fue diferente. El origen de sus colecciones estuvo vinculado directamente a su inauguración en 1993. Con ese objetivo en mente, se recabaron objetos que permitieran ilustrar el proceso de conquista, evangelización, desarrollo institucional, nuevas bases económicas tras la colonización y los cambios y transformaciones a partir del siglo XIX en diferentes ámbitos. El museo cuenta con interesantes fondos documentales, como el de la familia a la que perteneció el inmueble, los Lercaro o el de Cabrera Renshaw, que incluyen documentos relacionados con Amaro Pargo. Igualmente, la colección de cartografía, constituida por mapas desde el siglo XVI al XIX trazados por cartógrafos de variada procedencia, merece especial mención.
En total, en estos más de 25 años de museos, se custodian 220 000 piezas, de las que tan solo el 2% de ellas está en exposición permanente. La mayoría proceden de donaciones, pero también de compras, depósitos, hallazgos e incluso un legado.
Estas piezas, cuando ingresan como objetos de colección en el museo se someten a estudio, evaluando su estado de conservación y procediendo a su limpieza o tratamiento, si fuera necesario, antes de pasar a los almacenes, donde se someten a un control preventivo permanente.