Del 2 de diciembre de 2008 al 5 de enero de 2009
Uno de los "nacimientos" más populares de La Laguna era el Doña Concha "la de los periódicos" Doña Concepción Hernández Afonso-, que se montaba en su domicilio de la calle de El Ciprés, cerca de la iglesia de San Juan. Doña Concha lo instaló hasta finales de los años 50 del pasado siglo; su hijo, Armando Sigut Hernández, continuó esa tradición familiar hasta finales de los años 60.
Desde varios meses antes de la Navidad doña Concha, con la ayuda de su hijo Humberto, comenzaba a moldear figuras, confeccionar las casas, palmeras, piteras,
y donde no faltaban ninguno de los elementos presentes en los portales tradicionales a la usanza del país. Recurrían a distintas técnicas artesanales, reciclando con mucha imaginación todo tipo de materiales. Se reproducían figuras previamente manufacturadas a partir de moldes con gofio amasado; las hojas de las palmeras con papel secante verde; las piteras se recortaban de hojalata de cacharros viejos; las casas con cajas de cartón, y los tejados con cartones ondulados; las patas de los animales con plomo obtenido de tubos de pegamento vacíos. Así, finalmente, lograban elaborar una gama de elementos y componentes de la más variada naturaleza.
Las figuras se elaboraban con yeso, alambres, plomo
que respondían a dos grandes categorías: las ataviadas con trajes "típicos" que representaban las labores y oficios tradicionales del campesinado canario y las que aludían a la comitiva de los Reyes Magos, con sus pajes y camellos, ataviados con ropajes exóticos y orientalizantes.
Una vez instalado el nacimiento en el mes de diciembre, la "cueva" permanecía vacía hasta el día 20 en que se colocaban las figuras del Misterio: la Virgen María, San José, la mula y el buey. A partir del día 24 se ponía el Niño Jesús en la cuna, donde permanecía hasta el día 6 de enero. Los Reyes, paulatinamente, se iban desplazando de forma que, en el día de Reyes, concluyeran su trayecto delante de la cueva.
En la década de los años 90 del siglo pasado, su nieto Armando Sigut Carracedo y su hija Gemma, lo recuperaron del trastero familiar, y restaurando los elementos deteriorados para devolverles su antiguo aspecto, lo volvieron a instalar, últimamente en el escaparate de Viajes Gaviota en la lagunera calle de San Juan.