La Casa Lercaro cumple 20 años como Museo y lo celebra con una jornada de puertas abiertas y visitas guiadas gratuitas, entre otras actividades.
Aunque “20 años no es nada…”, el Museo de Historia empieza a tener historia. El 20 de diciembre de 1993, la Casa Lercaro abrió sus puertas al público como Museo de Historia de Tenerife y Archivo Insular, siendo presidente del Cabildo D. Adán Martín Menis. Desde entonces hemos crecido en años, pero también en público y colecciones. Así, de unos 13.000 visitantes en los inicios hemos pasado a más de 80.000 en la actualidad. Y de un Museo que, singularmente, nació sin colecciones, ahora sus fondos se componen de más de 20.000 piezas y documentos históricos.
Pero junto a estos indicadores cuantitativos, el éxito del Museo se aprecia, además, en todo el trabajo de programas públicos de actividades (en numerosos y variados formatos), las exposiciones temporales o el callado trabajo de puertas adentro relacionado con programas de conservación y líneas de investigación.
Su exposición permanente no ha variado en estas dos décadas, resistiendo el paso del tiempo, aunque se avecinan proyectos de renovación como los ya iniciados en el año 2008 con la fusión con la Casa de Carta en Valle Guerra, que dio lugar a un único Museo de Historia y Antropología de Tenerife donde ambas disciplinas caminan de la mano en una perspectiva más integradora, tratando de no subrayar abismos entre el pasado y el presente.
La Casa Lercaro −construida en 1593 y declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en 2008− y la ciudad de La Laguna −declarada Patrimonio de la Humanidad en 1999− son claros potenciadores del Museo e interactúan con él creando sinergias positivas que se retroalimentan.
Todo el personal que formó y forma el Museo, desde su primer director, D. Fernando Clavijo Hernández, hasta la última incorporación al equipo, es parte de esta efeméride. En su trabajo diario y con el paso del tiempo han ganado años, pero también sabiduría y esa es un arma poderosa para afrontar el futuro.
A día de hoy, continuamos nuestra labor con empeño y motivación porque, como bien dijo el presidente en su intervención en el acto de inauguración: “Todo es posible si existe suficiente ilusión y trabajo. Los techos están a la altura que nosotros queramos”.