Más de 1 200 personas participaron en las actividades del Día Internacional de los Museos en la Casa Lercaro
Un millar de personas compartieron el día de puertas abiertas, celebrado el pasado sábado 18 en la sede lagunera de la casa Lercaro del Museo de Historia y Antropología (MHA), con motivo del Día Internacional de los Museos, cuyo lema, propuesto por el Organismo Internacional de Museos (ICOM), fue «Los Museos como ejes culturales: El futuro de las tradiciones».
Fue un día festivo con el que se cerraba toda una semana de celebración e intermediación con la historia, la antropología y el patrimonio. Y es que durante la semana del lunes 13 al viernes 17, se desarrollaron diversas actividades de mediación, desde visitas guiadas tradicionales por las salas del museo, a la orientación del recorrido para escolares a través de temas transversales como los materiales, los oficios o quienes realizaban los objetos que los escolares descubrían en las vitrinas de la exposición permanente. Cerca de 200 estudiantes disfrutaron de tales recorridos, plasmando posteriormente sus impresiones en la gran cristalera del patio principal de Lercaro.
A su vez, pudimos disfrutar del mundo de las tradiciones desde una perspectiva antropológica, con la proyección del documental «Arte Sano», del director David Baute, realizado por Tinglado Films y el OAMC, Museo de Antropología de Tenerife, en el 2004, que fue seguida por una interesante tertulia de la que fueron mediadores los antropólogos Pedro Díaz Rodríguez, técnico del MHA y por Marina Barreto Vargas Profesora titular de Antropología Social y Cultural de la ULL, invitada a tal efecto.
Todo confluyó en el sábado 18, día en el que abrió sus puertas la última exposición temporal del museo «Donaciones», conformada con un amplio muestrario de piezas procedentes de las donaciones que ha recibido el Museo entre los años 2016 y 2018. Junto a ello, ese día, desde las 10:00 a las 19:00 horas, contamos con diversos artesanos que participaron desinteresadamente en la actividad «Café con artesanos», en las que pudimos tomar café y algunos dulces mientras nos hablaban de su artesanía, su hacer y las perspectivas de su trabajo y con una serie de clases taller, ofrecidas por Juan de la Cruz, técnico emérito del MHA, que departió sobre vestimentas tradicionales canarias. Junto a ello, diversos talleres autogestionables, ofrecidos a niños y estudiantes, centrados en aspectos destacados del museo, como sus colecciones textiles, los elementos estructurales de la casa como los mascarones y otros trabajos de ebanistería, o el seguimiento de personajes, ofrecían la posibilidad, a través del material aportado en cada uno de ellos, de elaborar bordados de lana con moldes de cartón, conformar un relieve en una base moldeable mediante una espátula, realizar conjugaciones de imágenes etnográficas, fomentando la memoria o jugar al «Quien es Quien», etc.
Un despliegue temático y diversificado que pudo realizarse gracias a la labor de un importante conjunto de personas, muchas de ellas, profesionales habituales de Museos de Tenerife, como personal de recepción, de mantenimiento, de limpieza y de seguridad y técnicos y técnicas de administración, conservación, diseño y del MHA. Pero, muy, muy especialmente, en este DIM de 2019, gracias a la labor, la implicación y las propuestas de un grupo de trabajo excepcional, con quienes hemos tenido la suerte de compartir este proyecto, formado por las alumnas en formación en prácticas del MHA, Ana Julia Yanase de Rezende y Ana Marcela Villalpando Aranda procedentes del Master de Uso y Gestión del Patrimonio, a las alumnas María Elena Garces Suárez e Iris García Bolaños del master de Teoría e Historia del Arte y Gestión Cultural, ambos de la ULL, junto al técnico especialista en formación Cristian Igor Raya González y a los voluntarios participantes, las artesanas en cestería y reciclaje de materiales Pepita y Candelaria, socias del Centro de día para mayores Isidro Rodríguez Castro de Santa Cruz de Tenerife, al profesor artesano y zapatero Antonio Estévez de Artesanía Islas Canarias de Los Realejos y al alfarero e investigador José Angel Hernández del Alfar, Guamasa. A todas ellas, gracias.