Desde su milenario y legendario origen en China hasta la llegada a Canarias, la industria de la seda siempre tuvo un carácter elitista y de materia preciosa destinada a las minorías. A través de ese largo camino, la seda se ha cargado de nuevas técnicas, colores y leyendas que ayudan a mantener ese halo de misterio en torno a su cultivo y manufactura.
Fue introducida en nuestra tierra desde los primeros momentos de la colonización y se ha mantenido hasta nuestros días, sin apenas alterar su complejo proceso: desde la cría del gusano hasta obtener la pieza acabada.
La alusión a la seda en Tenerife es constante desde los primeros documentos históricos, como es el caso de una data de concesión de tierras de 1517 en la que se otorgan tierras en La Orotava para plantar, entre otras cosas, tres mil morales destinados a la alimentación de gusanos de la recién implantada industria de la seda.
Como otras veces, el museo oferta esta actividad con la finalidad de acercar la colección de textiles e indumentaria al público adulto a partir de una selección de piezas particulares, únicas o especiales, que se mostrarán y explicarán en el propio almacén de textiles. En esta ocasión, la actividad de «Entretelas» mostrará piezas tejidas en la tierra, así como otras de producción foránea, sin dejar de lado los artefactos que intervienen en cualquiera de las muchas manipulaciones necesarias.
Con la inestimable participación del experto en la colección Juan de la Cruz Rodríguez, sin el cristal de una vitrina que nos aleje de lo observado y en un entorno habitualmente cerrado al público, como es el almacén de textiles, los participantes podrán estrechar sus vínculos con algunas de estas piezas, pudiendo, incluso, tocarlas.
Y como si de un encuentro de amigos se tratara, el café, el té y las pastas no faltarán en esta cita entre telas.