A cargo de Erika Urquiola, Presidenta de la Sociedad Española de Cetáceos, y Directora del Proyecto europeo LIFE02/NAT/E /8610 «Conservación de cetáceos y tortugas en Murcia y Andalucía» [+]
Se trata del proyecto LIFE NATURALEZA «Conservación de cetáceos y tortugas en Murcia y Andalucía. Todos por la mar», de la Comisión Europea, que se ha centrado en las tres especies marinas pelágicas actualmente incluidas en el Anexo II de la Directiva Hábitat: el delfín mular (Tursiops truncatus), la marsopa (Phocoena phocoena) y la tortuga boba (Caretta caretta).
El objetivo de esta iniciativa es contribuir a la conservación del mar desarrollando unos planes de conservación de delfines y tortugas y unos planes de gestión de unas áreas marinas, protegidas de forma que puedan ser puestas en práctica por las administraciones.
«Conocer para conservar» es necesario, sí, pero ¿cómo podemos conseguirlo cuando se nos plantean los importantes retos logísticos y económicos que requiere el seguimiento de las poblaciones de cetáceos y tortugas en el mar abierto? Encontrar soluciones viables para garantizar la monitorización requerida por el Artículo 17 de la Directiva Hábitat ha sido un objetivo de este proyecto que ha supuesto un gran esfuerzo. A lo largo de cuatro años, cuatro barcos de investigación han cubierto la zona de forma regular, experimentando con diversas técnicas de investigación y análisis. Censos visuales, marcaje fotográfico (foto-identificación), marcaje por satélite, muestreos de piel, biopsias mediante dardos, análisis molecular de isótopos estables, microsatélites y ADN mitocondrial, etc., han servido tanto para complementar la base de datos necesaria para los planes de conservación como para analizar la eficacia y el coste de cada herramienta.
Otra línea destacable ha sido el seguimiento por satélite de 21 tortugas marinas con el fin de analizar sus migraciones y sobretodo su uso de hábitat. Imágenes de una migración transoceánica son sin duda sorprendentes, pero es sobretodo la información detallada acerca de las inmersiones de las tortugas y sus preferencias térmicas las que han permitido identificar posibles medidas de mitigación al importante problema de la captura accidental que cada año afecta a más de 20.000 tortugas en el Mediterráneo español.