A lo largo de la historia se han ideado infinidad de máquinas para explicar los movimientos del cielo. Desde representaciones del Sistema Solar, que imita los movimientos de los planetas y como se verían desde el espacio, hasta los modernos planetarios, donde el observador se sitúa «dentro» del cielo, recreando las estrellas y sus movimientos aparentes desde la Tierra.
Con la apertura del Museo de la Ciencia y el Cosmos en 1993, se abrió también el primer planetario público de Canarias. En su centro, un proyector óptico de fabricación japonesa, de los que solo se confeccionaron treinta y nueve unidades y el único que se instaló en Europa, sirvió a lo largo de 35.000 proyecciones para sorprender, educar y divirtir a las más de 700.000 personas que se sentaron en sus butacas.
Esta hermosa pieza de ciencia y divulgación, forma desde hoy parte de la colección científica de Museos de Tenerife y ocupa, recreando una de aquellas sesiones, un espacio principal a la entrada del nuevo planetario.
La nueva sala del planetario que reinauguramos, tras una serie de importantes reformas, acoge un mejorado sistema de sonido envolvente, nuevas butacas para una mejor visualización de cúpula, espacios reservados para personas con movilidad reducida, un sistema de climatización mejorado y un sistema de proyección digital de alta resolución que, junto a un grupo de potentes ordenadores, permite a los espectadores explorar el Cosmos desde cualquier punto y época de una manera mucho más inmersiva.
Las tres nuevas producciones adquiridas: “Polaris”, “Dinamic Earth” y “De la Tierra al Universo” que se suman al catálogo disponible pueden disfrutarse en las sesiones programas a lo largo de la semana.