La imagen de la NASA que ilustra este texto parece una pintura abstracta, pero no lo es. Se trata de una imagen real de una zona de Marte, tomada desde unos 300 km de altura por la Mars Reconnaissance Orbiter, y que puede verse en el Museo. Las trazas oscuras en la superficie clara del planeta fueron un auténtico misterio marciano hasta que se descubrió a los culpables. Los frecuentes remolinos aspiraban el polvo rojizo de la superficie dejando a la vista la zona más oscura y compacta de nuestro vecino en el Sistema Solar.
Los vehículos Spirit y Opportunity fueron enviados a Marte en 2004 por la NASA en una misión que iba a durar 3 meses. En el primer caso, la misión duró más de 6 años, mientras que la del segundo continúa activa. Debido al polvo depositado, a principios de marzo de 2005 la eficiencia de sus paneles solares había caído al 60%. Poco después, la eficiencia saltaba al 93% misteriosamente. Este ciclo se ha repetido una y otra vez… Las cámaras de los vehículos confirmaban que el polvo había desaparecido y acabó descubriéndose que los remolinos marcianos eran los responsables de la limpieza.
Los remolinos de polvo marciano alcanzan hasta 8 km de altura, se forman al mediodía en primavera y desaparecen varias horas después. A pesar de contar con una atmósfera muy tenue, la menor atracción gravitatoria en la superficie de Marte permite al polvo alcanzar enormes alturas, comparables a nuestras montañas más altas. Las imágenes de los remolinos obtenidas desde la órbita marciana por el Mars Reconnaissance Orbiter han permitido medir su altura, por el tamaño de la sombra que proyectan. Al mismo tiempo, los vehículos que viajan por la superficie marciana han registrado varias imágenes y animaciones de remolinos que han pasado casualmente por delante de sus cámaras.
A partir del día 10 de mayo.