El pasado día 11 de mayo, con motivo del 18 cumpleaños del Museo de la Ciencia y el Cosmos, se inauguró un nuevo módulo en la plaza exterior de este centro de divulgación científica, que, desde noviembre de 2008 –año en el que se celebra el 250 aniversario del nacimiento de Agustín de Betancourt–, rinde homenaje permanente a este ingeniero canario. Se trata de dos réplicas del telégrafo óptico que inventó este ilustre científico en el siglo XVIII.
La comunicación a distancia ha sido una inquietud a lo largo de la historia. Con el telégrafo óptico se dio un gran paso adelante, ya que permitió enviar mensajes en forma de símbolos y a gran distancia. Para hacernos una idea de lo revolucionario del invento, tengamos en cuenta que un mensaje enviado mediante un jinete a caballo requería cuatro días en llegar de Madrid a Cádiz, mientras que mediante el uso del telégrafo óptico tardaba solo tres horas en alcanzar su destino.
En 1796, el ingeniero canario Agustín de Betancourt y el relojero francés Louis Breguet idearon un sistema cuyo uso era más sencillo y eficiente y en el que el mensaje se enviaba letra a letra, de tal manera que sólo había que memorizar 36 posiciones (22 letras, 10 dígitos y 4 señales de control).
Uso y funcionamiento
El telégrafo consistía en un mástil que presentaba en su parte superior un brazo móvil, llamado flecha, que podía girar respecto de su centro de gravedad, mediante el uso de un torno y un juego de poleas. La flecha podía adoptar 36 posiciones diferentes (paso de 10º), suficientes para un alfabeto de 10 dígitos y 26 letras. La máquina contaba a su vez con una pareja de catalejos mediante los cuales el telegrafista observaba las estaciones emisora y receptora. El trabajo del telegrafista consistía en reproducir la posición del telégrafo emisor y comprobar que el receptor hacía lo mismo. Entonces podía leer el siguiente mensaje de la estación anterior, y retransmitirlo a la siguiente. Este sistema de “repetidores” es bastante similar al que se usa actualmente cuando hablamos por nuestro teléfono móvil o vemos la televisión.
Nuestros telégrafos
Nuestros telégrafos fueron construidos con motivo del 250 aniversario del nacimiento de Agustín de Betancourt y Molina (Tenerife, 1758 – San Petersburgo, 1824). Son quizá las únicas réplicas a escala real en funcionamiento que existen en el mundo.