PRESENTACIÓN

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MUSEO DE LA CIENCIA Y EL COSMOS

La mejor forma de convencer a la sociedad de que la Ciencia es suya, es sacándola a la calle, abriendo las puertas de los laboratorios y convenciendo a la población de que la explicación de los fenómenos que le rodean no tiene que pasar obligatoriamente por formulaciones matemáticas complicadas.

Desde el siglo XIX Tenerife está en la Luna y desde el XX tiene además la posibilidad de acercarse al Sol, a los demás planetas del Sistema Solar e incluso a un agujero negro gracias al Museo de la Ciencia y el Cosmos del Cabildo de Tenerife, un centro interactivo de Ciencia, donde se puede desde oler el ozono hasta engañar al propio sentido del tacto o aprender en qué consiste una televisión. No obstante, su rasgo distintivo, que lo convierte en único, es su capacidad para guiar la curiosidad de los visitantes especialmente hacia lo que ocurre más allá de la atmósfera.

El Museo de la Ciencia y el Cosmos no es un museo tradicional. Pertenece a una generación de museos de ciencia cuyo objetivo ya no es simplemente mostrar realizaciones científicas y técnicas de una época o de un lugar, ni tampoco demostrarlas añadiendo una voluntad pedagógica y cultural a la conservación y presentación de ese patrimonio.

El objetivo de estos museos es comunicar la ciencia, valiéndose para ello de todos los medios disponibles, especialmente la interactividad y la experimentación en entornos multidisciplinares que potencien los aspectos lúdicos y de percepción y análisis de la realidad, con objetos reales pero, también, con herramientas multimedia.

Una original simbiosis

Canarias, alejada geográficamente de los circuitos culturales mundiales, se encuentra en clara desventaja con respecto a otras regiones españolas. Consciente de esta peculiaridad, el Cabildo tinerfeño potenció la creación de una oferta cultural propia y de calidad. El Museo de la Ciencia y el Cosmos quedó encuadrado en esta oferta, que se completa con las otras instalaciones que forman parte del Organismo Autónomo de Museos y Centros (OAMC) del Cabildo de Tenerife.

El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), uno de cuyos fines es la divulgación de los conocimientos científicos, asumió la responsabilidad de poner en funcionamiento el Museo de la Ciencia y el Cosmos -para lo cual aportó un guión museístico serio y meditado- y de apoyarlo en su desarrollo.

ORIGEN

El físico Frank Oppenheimer creó en 1969 el primer Science Center (Centro de Ciencia) con estas características -el Exploratorium de San Francisco-, poniendo el énfasis no en una colección de objetos, sino en las preguntas que genera el devenir científico. Siguiendo ese modelo, el Museo de la Ciencia y el Cosmos trata de exhibir la ciencia que afina los sentidos y desarrolla la imaginación.

Como agentes de difusión y promoción de la cultura científica, así como de la educación en general, instituciones como el Museo de la Ciencia y el Cosmos cumplen en este sentido una doble función. Por un lado, contribuyen significativamente al proceso de alfabetización científica de la sociedad como elemento complementario al sistema educativo, durante la educación formal y reglada, intentando incluso despertar las tan necesitadas vocaciones científicas. Y, por otro, desempeñan un papel fundamental en los procesos de divulgación científica orientada hacia los ciudadanos en el contexto de la llamada “educación no formal”, sin olvidar que pueden constituir espacios de entretenimiento cultural y formar parte de la oferta turística de una localidad.

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