El Museo de la Ciencia y el Cosmos y la Fundación Canaria Orotava para la Historia de la Ciencia presentan la actividad "Kepler y Galileo. Mensajeros de las Estrellas" a los docentes de los Centros de Educación de Personas Adultas de Tenerife. Se trata de la tercera colaboración de esta índole que lleva cabo el Museo, y la primera que se pone en marcha con la colaboración con La Dirección General de Formación Profesional y Educación de personas Adultas a través del CEPA (Centro de Educación de Personas Adultas). Este proyecto se desarrollará durante el curso 2009/2010.
En 2009, se celebra el año mundial de la astronomía. Para conmemorarlo presentamos una actividad que en el transcurso de dos horas lectivas,ofrece una visión histórica e interdisciplinar de los desarrollos astronómicos que se produjeron en el comienzo de la modernidad. Hace cuatrocientos años Kepler, el astrónomo imperial, publicaba la Astronomia Nova, libro de capital importancia pues en él se daban a conocer las dos primeras leyes que inmortalizarían el nombre del astrónomo alemán. Desde un primer momento defensor del copernicanismo, Johannes Kepler, con un paciente estudio de las observaciones celestes realizadas por Tycho Brahe, llegó a la conclusión de que las órbitas planetarias no eran circulares, lo que contradecía uno de los pilares de la astronomía tradicional.
A finales de ese mismo año de 1609, Galileo apuntaba al cielo su catalejo y descubría cosas maravillosas, hasta entonces no sospechadas: montañas en la Luna, satélites en Júpiter y una infinidad de estrellas en la llamada Vía Láctea. Pero al que desde entonces sería Matemático y Filósofo del Gran Duque de Toscana, le esperaban tiempos de sufrimiento en su defensa del heliocentrismo copernicano. El sentido común unido a la intransigencia de la Iglesia Católica fueron obstáculos insuperables en ese tiempo.