Manuel Mas. Departamento de Fisiología y Centro de Estudios Sexológicos (CESEX). Universidad de La LagunaHay pocos campos de estudio en que la objetividad científica se vea tan nublada por prejuicios y actitudes morales y políticas como el del desarrollo de la orientación sexual, especialmente la de tipo homosexual.
Las dificultades que presenta el estudio científico de la homosexualidad son considerables, empezando por su propia definición. A lo largo del siglo XX se han propuesto numerosas teorías que pretenden explicar su génesis. Así las teorías psicosociales (como la psicoanalítica, las de aprendizaje social, de la seducción , etc.) atribuyen la orientación homoerótica a peculiares eventos o procesos ocurridos en la infancia y/o la adolescencia.
Por el contrario, las teorías biológicas, postulan la existencia de determinadas características genéticas y/o hormonales condicionantes de la identidad y/o conducta homosexuales. Se sustentan en estudios de prevalencia familiar matrilineal y en hermanos gemelos, de marcadores cromosómicos (locus Xq28), de características morfométricas y de diferencias en el tamaño de algunas estructuras cerebrales. Ello ha dado lugar a exageraciones distorsionadas en los medios de comunicación de masas ( «el gen gay» , «el cerebro rosa», etc.), acompañadas de vívidos debates ideológicos sobre sus implicaciones políticas. La realidad es que las pruebas científicas actualmente disponibles que sustentan todas esas teorías son, con pocas excepciones, escasas y débiles. En esta presentación se discutirán los principales enfoques tratando de llegar a una síntesis válida.