El crecimiento de la población durante las últimas décadas ha
originado un debate sobre la posibilidad de mantener este desarrollo
y la cantidad de recursos naturales disponibles en el planeta. Un
examen minucioso de los pronósticos concluye en la imposibilidad de
satisfacer las necesidades de este crecimiento descontrolado, y
aconseja un cambio en la forma en que se explotan los recursos.
Las razones de este incremento en el consumo energético derivan
principalmente de los asentamientos urbanos y de zonas turísticas,
originando consecuencias como la contaminación, mayor densidad de
población, escasez de recursos, etc.
La degradación de la naturaleza ha sido provocada por la explotación
sistemática de los recursos naturales y la utilización de energías no
renovables como el petróleo y el carbón. Estas fuentes han
contribuido de forma clara al deterioro del planeta originando además
una dependencia energética. Para empeorar las cosas, estos
combustibles convencionales están limitados