Se trata de un convenio de colaboración entre Museos de Tenerife y la Fundación Bancaria Canaria Caja General de Ahorros para compartir y acercar la ciencia a todos de una forma amena y personalizada.
Más de siete mil estudiantes han disfrutado ya de este servicio desde que comenzó el proyecto.
Durante 2015, el Museo de la Ciencia y el Cosmos ha ofrecido a escolares y demás visitantes un servicio de atención en sala a través de la contratación de ocho monitores especializados que asesoran y explican los contenidos de los módulos del Museo. La asociación sin ánimo de lucro Planeta Ciencias es la encargada de gestionar y proporcionar este servicio.
En concreto, la misión de estos monitores es atender e interactuar con los escolares, tanto en visitas de los colegios durante la semana, como en visitas del público en general los fines de semana. Solo entre septiembre y octubre del presente año ya han atendido a unos mil cuatrocientos escolares que acudieron al Museo con las visitas programadas por sus centros escolares.
Actualmente, el Museo dispone de un monitor en sala en horario de visitas escolares (de 9:00 a 13:00 h los días laborables) y los sábados y domingos en el horario habitual del Museo. Se identifican con una camiseta azul con un gran signo de interrogación en la espalda.
La finalidad de esta iniciativa es hacer la visita más provechosa e interesante, animar a los visitantes a la reflexión, estimular su curiosidad y contribuir a que la ciencia se conciba como algo divertido. Además, a través de este proyecto los propios monitores tienen la oportunidad de formarse en la difusión de la ciencia gracias al asesoramiento y la supervisión del personal especializado del centro.
Está previsto que este servicio finalice el 31 de diciembre del presente año, aunque, atendiendo a la respuesta positiva de los visitantes, la intención es continuarlo durante 2016, aumentando el número de monitores y ampliando el programa de actividades para incluir talleres científicos dirigidos a estudiantes durante las tardes laborables y fines de semana.
En definitiva, una experiencia muy positiva para visitantes, monitores y para el propio Museo, que intenta siempre ir un paso más allá en la divulgación de la ciencia y el conocimiento del universo y acompañar a nuestros visitantes en «el gozo de aprender».