Debido al deshielo de los glaciares por el Cambio Climático, un pequeño “iceberg” del Ártico llega al Museo de la Ciencia y el Cosmos. En la base, los niños podrán depositar su carta a Papá Noel.
A partir del 3 de diciembre, a las 11:00h.
Un iceberg es una porción grande de hielo que flota sobre la superficie del mar y que se ha desprendido de un glaciar (extensa masa de hielo formada en tierra por una gran acumulación de nieve y que se desliza lentamente hacia el mar).
Los icebergs son arrastrados hacia latitudes más bajas, a veces ayudados por las corrientes marinas frías de origen polar.
Uno de esos icebergs ha llegado a Canarias, en concreto a este museo.
No debemos confundir los icebergs con las banquisas. Los primeros tienen su origen en la nieve y son, por tanto, aportes al mar de agua dulce. Las banquisas son aguas oceánicas congeladas.
Debido al calentamiento global de la Tierra, el deshielo de los glaciares con desprendimiento de grandes icebergs está aumentando el nivel del mar.
Sólo vemos la punta del iceberg, aproximadamente una novena parte de su volumen; el resto permanece sumergido. Por ello, estas masas gélidas constituyen un peligro para la navegación, ya que pueden alcanzar dimensiones enormes. La colisión con un iceberg causó el hundimiento del Titanic.
Pero éste no es el caso de nuestro “pequeño” iceberg, que como cualquier módulo del Museo puede tocarse sin temor.
Junto al iceberg se indica la distancia a Rovaniemi (Laponia): 5.085 km, en el Círculo Polar Ártico, donde vive Papá Noel. A partir del 3 de diciembre, niños (y no tan niños) podrán depositar su carta en la base de este iceberg.
PRECISIÓN TERMINOLÓGICA
Si hablamos con propiedad, el iceberg del Museo no lo es realmente dado su pequeño tamaño (de unos 60 cm de altura), advierten los expertos en hielo Adolfo Eraso y Karmenka Domínguez, de la expedición GLACKMA. “Los hielos flotantes árticos y antárticos –explican- se clasifican en tres categorías según su forma y medidas: los icebergs (“montañas de hielo”), en forma de tabla, son los más grandes y suelen tener desde 1 km2 hasta varios miles de km2; los growlers (“gruñones”, por el sonido que producen), de forma variada, poseen un tamaño intermedio, desde 50 m3 hasta 1 km2; y brass (“escombros”), de cualquier forma y pequeños, con tamaños que van de medio metro cúbico a 50 m3.” Por tanto, el pequeño iceberg del Museo sería un brass.
Y añaden estos científicos que el color del hielo de un iceberg es azul, solamente en la superficie adopta el color blanco por “descompresión tensional”, cuando el hielo se llena de pequeñas burbujas de aire que impiden el paso de la luz.
El iceberg (artificial) del Museo de la Ciencia y el Cosmos es un módulo capaz de producir y mantener, mediante un compresor frigorífico, una masa de hielo de forma similar a una pirámide truncada sobre una estructura metálica. Temiendo su deshielo, este iceberg se mantendrá conectado a la red eléctrica convencional mientras se prepara una instalación que suministre una energía limpia alternativa.
En el proyecto han participado las empresas Carrier España y Tusoca y Promociones.