Desde mucho antes del comienzo de las grandes civilizaciones humanas, el cielo nocturno y los objetos que en él se contemplan a simple vista han fascinado al ser humano. Esta observación directa de los astros ha suscitado siempre más preguntas que respuestas.
No obstante, el desarrollo de la Astronomía como ciencia se produce cuando empiezan a usarse ayudas ópticas, cada vez mayores, para observar el cielo con el uso, principalmente, de telescopios. Por otro lado, otra rama equivalente a la Astronomía, la Astrofísica, sólo pudo comenzar cuando se incorporaron elementos que ayudaban a descomponer la luz, como la Fotografía y la Espectroscopía. Hoy en día, estamos en una situación tal que la Astronomía es digital y nuestro conocimiento del cosmos se basa en el uso de observatorios espaciales, grandes telescopios y detectores que analizan la luz en frecuencias invisibles, con lo que el ojo humano ha quedado relegado al mismo papel que puede tener en otra rama de la ciencia. Aunque esto puede restar romanticismo a la idea de observación del cielo, esta conferencia tratará de repasar cómo el progresivo aumento del conocimiento en Astronomía ha dependido de elementos adicionales a la vista, qué fenómenos astronómicos no pueden ser percibidos a simple vista y cómo, incluso, algunos no pueden ser observados en absoluto usando los últimos avances.
Enrique Pérez Montero es científico titular del CSIC en el Instituto de Astrofísica de Andalucía, situado en Granada (España). Su trayectoria profesional está vinculada al grupo de investigación “Estallidos de formación estelar en galaxias” que involucra a astrofísicos de distintos centros nacionales y extranjeros. Este grupo es puntero en el estudio de los procesos de formación estelar masiva en galaxias y el impacto que las estrellas masivas tienen en el medio circundante.
El trabajo del Dr. Pérez Montero, desde su doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid, se centra en la determinación de la abundancia de elementos químicos en las regiones de gas ionizado por estrellas masivas mediante técnicas de observación espectroscópica. Estas regiones son trazadores de la metalicidad en el Universo y permiten obtener información sobre su evolución desde su formación en la Gran Explosión, ya que la mayoría de los elementos químicos que se encuentran en el medio interestelar fueron producidos en los procesos de fusión nuclear que se dan en los interiores de sucesivas generaciones de estrellas.
Ha publicado más de 100 artículos en revistas científicas de prestigio en relación a este tema y sobre la caracterización de galaxias a partir de su contenido químico, por lo que es conocedor de las principales instalaciones de observación del Universo en suelo nacional y de los grandes observatorios internacionales.
Enrique Pérez-Montero es discapacitado visual y afiliado a la ONCE por una enfermedad degenerativa congénita de la retina y está involucrado en diversos programas de difusión de la Astronomía para personas invidentes.