Año: 1931.
Dirección: James Whale.
Duración: 70 min.
Reparto: Henry Frankenstein (Colin Clive), Elizabeth (Mae Clarke), Victor Moritz (John Boles), El Monstruo (Boris Karloff), Doctor Waldman (Edward Van Sloan).
Considerada incluso hoy en día como la versión definitiva de la obra clásica de tragedia y horror escrita por Mary Shelley, Frankenstein transformó a un actor desconocido, Boris Karloff, en una estrella y creó un parangón del terror.
Junto con la igualmente exitosa Drácula, que se había estrenado ese mismo año, esta cinta inició la era dorada de las películas de terror de Universal Studios durante toda la década de los años 30.
La grandeza de esta realización surge, no tanto por su guión sino por la atmósfera desolada y tenebrosa creada por el realizador James Whale; y los inolvidables decorados de Herman Rosse, especialmente el fantástico laboratorio de la torre, lleno de artilugios eléctricos diseñados por Kenneth Strickfaden. Obviamente, lo mejor es el propio Frankenstein creado por el maquillador Jack Pierce, que obligaba a Karloff a cargar con dos libras de maquillaje y con pesados zapatos de asfalto que lo dejaban caminando con ese inolvidable paso tambaleante. Así mismo, la actuación llena de matices de Karloff como la atormentada y desconcertada criatura, es otro de los grandes aciertos.
Cuando se estrenó, Frankenstein fue recibida con gritos, quejidos y desmayos, lo que obligó a la Universal a publicar un aviso en el que Edward van Sloan advierte a los débiles de corazón que abandonen la sala de inmediato si los inundaba el terror. En caso de que no lo hicieran ellos habrían cumplido con la advertencia.
El realizador James Whale fue encarnado de manera inolvidable por Ian McKellan en la película biográfica de 1998 Dioses y Monstruos, ganadora de un Oscar.