El pasado domingo 17 de mayo, el Museo de la Ciencia y el Cosmos celebró para todas las familias y visitantes que acudieron al evento una jornada especial, previa al Día Internacional de los Museos, que se celebra como todos los años el 18 de mayo.
Más de 150 asistentes pudieron observar a través de los telescopios instalados en la terraza del museo la visión que nos ofrece nuestra estrella: el Sol. Afortunadamente, disfrutamos de un día sin nubes, lo que permitió ver las manchas sobre su superficie y, especialmente las fulguraciones que sobresalían del borde de nuestra estrella, todo ello acompañado de las explicaciones de los técnicos del museo, que comentaron las diferentes formas de observarlo sin peligro e incluso hablaron del funcionamiento de un reloj de Sol.
Los más pequeños tuvieron su espacio en el museo, dentro de la sala MicroCosmos en la que pudieron interactuar con los diversos módulos diseñados para edades de 3 a 7 años. Todo ello complementado con varias sesiones de cuentacuentos astronómicos.
El Planetario tuvo una jornada especial, con la reproducción de una película de 7 minutos de duración relacionada con la celebración del Año Internacional de la Luz. Tras la misma, los monitores del Planetario enseñaron a los asistentes el cielo que pueden observar durante las noches de este mes, así como poder orientarse con las estrellas, localizar la Estrella Polar y las constelaciones más importantes.
La jornada se cerró con la realización de unos de los experimentos más sencillos y quizás más asombrosos por los resultados obtenidos: la reproducción del cálculo del tamaño de nuestro planeta tal y como lo realizó, hace 2.300 años, Eratóstenes de Cirene. En esta ocasión contábamos con la ayuda de una veintena de personas que se quedaron hasta las 14:03 horas, momento en el que el Sol estaba más alto en el cielo. Con la colaboración de todos los asistentes se midió la altura del Sol sobre el horizonte, simplemente midiendo el tamaño de la sombra que proyectaba un gnomon y algo de trigonometría. Junto con los datos obtenidos desde un museo en Noruega, se realizó el cálculo del radio medio de la Tierra, obteniendo un valor de 6.376 km. Sólo 5 km de diferencia con el valor teórico medio de nuestro planeta. ¡Increíble! 0,1% de precisión.