Pablo Cruz Corona es miembro de la Unión de Radioaficionados Españoles (URE) y divulgador científico.
Las tribus primitivas utilizaban el tam-tam como medio de comunicación entre los distintos poblados. Hoy nos comunicamos por correo electrónico o enviando mensajes SMS con móviles I-Phone. Las comunicaciones a distancia o telecomunicaciones, que comprenden radio, telegrafía, televisión, telefonía, transmisión de datos e interconexión de ordenadores, realmente «despegaron» en el siglo XX con la era espacial, si bien tuvo antecedentes en siglos anteriores. Con motivo de la exposición «Vivir en el espacio. Desafío del siglo XXI», que permanecerá abierta en el Museo de la Ciencia y el Cosmos hasta el 30 de marzo, Pablo Cruz Corona, autor del libro Satélites de radioaficionados, hará memoria de esta evolución. Un recorrido que partirá del silbo gomero, pasará por la invención de la radio y llegará hasta la revolución tecnológica actual con algunos de los proyectos en curso. Este radioaficionado hará especial énfasis en la conmoción que supuso el lanzamiento del Sputnik, iniciando la exploración del espacio y forzando la creación de la NASA como respuesta a la iniciativa rusa. También recordará la conexión que, gracias a los radioaficionados canarios, estableció el astronauta Serguei Krikalev con sus compañeros de la Estación Espacial MIR durante la inauguración del Museo de la Ciencia y el Cosmos el 11 de mayo de 1993.