Se denomina epidemia a la excesiva incidencia de una enfermedad sobre lo que se espera normalmente en una población y cuando esa epidemia se extiende fuera de los límites de una amplia área geográfica, típicamente un continente, se habla de pandemia. Las epidemias siempre han originado grandes dosis de ansiedad y miedo por ser algo tangible, cercano y muchas veces irremediable, fenómenos capaces de acabar con la vida de muchos en muy poco tiempo, de forma fulminante, y, por otra parte, de impulsar la imaginación popular para tratar de explicar lo que para ellos es inexplicable.
El origen de las epidemias se remonta a la construcción de las primeras ciudades lo que favorecía la aglomeración de personas; al nacimiento de las rutas comerciales o movimientos de masas, como ejércitos en épocas de guerra, lo que favorecía la expansión del agente patógeno; y al aumento de la población.
Desde el mismo momento de la conquista, Tenerife, en particular, y Canarias, en general, no fueron ajenas a lo que sucedía en el resto del mundo estando sometidas al azote de estas calamidades. Así, desde la enigmática epidemia de “modorra” o “moquillo” sufrida por los guanches en la última década del siglo XV, coincidiendo con el final de la conquista, hasta la reciente gripe A (H1N1) de 2009-2010 o la actual pandemia de Covid-19 surgida en Wuhan a comienzos de 2020, decenas de epidemias asolaron la isla.