Los emblemas son una de las fuentes de financiación que tenía Auxilio Social hasta los años 60, por el procedimiento de la postulación. La persona que asistía a un espectáculo público o establecimiento debía adquirirlo y ponérselo en un lugar visible. En sus inicios eran metálicos y más tarde en cartón de 25×30 mm., con un coste de 50 céntimos o 1 peseta.