Se trata de un retrato del siglo XIX que lleva por título «Manuel de Rivas, relojero de Cámara» y cuya autoría ha sido atribuida en numerosas ocasiones a Goya
Cuando el visitante accede al ámbito IV del museo «Poblamiento y creación de la sociedad» se sorprende al ver una serie de pinturas de gran calidad, todas ellas firmadas por Luis de la Cruz y Ríos (1776-1853). Natural del Puerto de la Cruz, y considerado por muchos el mejor miniaturista español del siglo XIX, los caprichos del destino hicieron que finalmente se estableciera en la corte de Fernando VII.
En el referido ámbito, precisamente, se encuentra un exponente de primer nivel de esta etapa, «Manuel de Rivas, relojero de Cámara» (1832), que, en más de una ocasión, ha sido atribuido al mismísimo Goya.
Manuel de Rivas fue nombrado primer relojero de Cámara del Rey Fernando VII en el mismo año en que se materializó el cuadro. Sobre el mismo ha indicado Rumeu de Armas, en el estudio monográfico que dedicó al pintor tinerfeño, que «[…] la ejecución de la cara es portentosa, lo que ha llevado a más de un anticuario a caer en el nombre de Goya. El maquinista aparece vistiendo el uniforme oficial. En la mano derecha porta un reloj de bolsillo, con la llave colgando; con la izquierda sujeta el bicornio…». El cuadro, por tanto, ha sido objeto de confusión en cuanto a la identidad del retratado. Así, el doctor Hernández Perera lo identificó con el también relojero Juan Antonio Laplaza, acérrimo partidario de la facción fernandina en los convulsos días de la invasión napoleónica.
El relojero de Luis de la Cruz es una pieza distintiva de la excelsa colección que sobre su pintura expone el museo.