El miércoles 28 de junio se firmó, en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, un convenio de colaboración entre el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo Insular de Tenerife y el Organismo Autónomo de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, mediante el cual una colección de trece vasijas egipcias – propiedad del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife como consecuencia de un intercambio entre en el Museo de Liverpool y el Ayuntamiento -pasarán a ser exhibidas en el Museo de la Naturaleza y el Hombre.
Las vasijas, procedentes de diferentes yacimiento arqueológicos, se encontraban en los depósitos del Museo Municipal de Bellas Artes. Con el objetivo de dar a conocer la existencia de esta colección -poco común entre los fondos de los museos canarios- dentro del entorno arqueológico e histórico en el que fueron hallados, se ha estimado oportuna su exhibición al público en el Museo de la Naturaleza y el Hombre donde permanecerán expuestas por un periodo de cinco años, renovables al término del citado plazo hasta un máximo de siete.
Al indagar en la historia de estos objetos los investigadores canarios Eduardo Almenara y Candelaria Martín, descubrieron que, en 1908, Peter Entwistle, conservador del Museo de Liverpool y encargado de la colección de cerámica de la institución, pasó sus vacaciones en Canarias.
Durante su visita a Tenerife, Entwistle se entusiasmó con unos azulejos holandeses del siglo XVII que habían sido desmontados de la cúpula del antiguo convento franciscano de San Pedro de Alcántara, sede del Museo Municipal en la época y cuya parte superior amenazaba ruina.
Entwistle propuso al director del museo tinerfeño, Teodomiro Robayna, que intercambiase treinta y seis de estos azulejos con material egipcio de la colección de Liverpool, que llegaron a la isla en abril de 1908.
Los investigadores han tenido que reconstruir la historia de este intercambio porque los archivos del Museo de Liverpool fueron destruidos en un bombardeo en la II Guerra Mundial, en el que también se perdió toda su colección egipcia, procedente de las excavaciones de la Universidad de esta ciudad británica y de donaciones particulares.
Los objetos que envió Entwistle a Tenerife «vienen de la mano del padre de la egiptología moderna», W.M.F. Petrie, y de un pupilo suyo, John Garstang, que excavaron, en 1905, en Hieracómpolis, cerca de Asuán, al sur de Egipto, aunque también hay piezas procedentes de Esna, Edfu y Abydos.
Esta última localidad, junto con Hieracómpolis, fueron dos de los tres primeros reinos en Egipto, en la época Predinástica anterior a los faraones, y hay imágenes del diario de excavación de Petrie y de los objetos tal y como se encontraron.
A través de la signatura con la fecha y el número de las piezas constataron, además, que uno de los objetos procede del ajuar funerario del rey Ka, tercer rey predinástico -alrededor del 3.100 AC- en Ábidos y predecesor de Narmer, quien por tradición se considera el primer monarca de Egipto.
Otro grupo de cerámicas procede de un cementerio situado en un recinto ceremonial de los últimos monarcas de la segunda dinastía que, posteriormente, los árabes denominaron «El Fuerte», por su aspecto militar, y que se encontraba en Hieracómpolis.
Hieracómpolis tuvo una importancia religiosa «de primera línea» y de este emplazamiento procede el dios Horus, mientras que Abydos fue «el tercer reino en discordia» y lideró la unificación del país. Allí se enterraron la mayor parte de los reyes del periodo predinástico.