La etnohistoria es una disciplina situada en la concurrencia de la historia, la antropología, la etnología, la etnografía y la arqueología, aunque cada una de ellas posea sus propios métodos y conceptos básicos. Si bien el término ‘etnohistoria’ se había empleado a inicios del siglo XX no fue hasta los años 50 cuando se generalizó, gracias a los antropólogos que deseaban sumarse a la diacronía que les permitiese abarcar y comprender los procesos de adaptación y cambio evolutivo en las sociedades humanas.
Desde el momento en que algunos antropólogos norteamericanos aproximaron etnología e historia, la etnohistoria empezó a convertirse en algo más que un método o técnica de pesquisa documental, coincidiendo en el tiempo con las reclamaciones de los movimientos indios que pugnaban por el cumplimiento de los tratados suscritos en su día con el Congreso estadounidense. Pero, actualmente, la etnohistoria desarrolla investigaciones en el ámbito de la diversidad, las relaciones interétnicas y las interacciones de sociedades multiétnicas que promueven la transculturación activa de culturas híbridas.
Como la etnohistoria se nutre de un elenco documental heterogéneo, ha ido desarrollando un marco teórico-metodológico original para captar información. Partiendo de una herramienta conocida como la ‘analogía histórica directa’ ha rebasado los enfoques narrativos con nuevas propuestas, mientras su perspectiva diacrónica afronta fijezas y modificaciones culturales contrastándolas entre grupos pretéritos y/o coetáneos. De hecho, la etnohistoria abarca temáticas y territorios para dilucidar la alteridad -el mundo de “los otros”- en el pasado y en la más candente actualidad.
La notoriedad lograda por todos estos estudios ha permitido expandirlos en la mayor parte del mundo con su implicación académica cualitativa y cuantitativa en estudios de grado, licenciatura, master y doctorado. La meta de estas innovaciones etnohistóricas pretende fomentar el sentido crítico y la variabilidad de sus enfoques para plasmar una “nueva mirada” de la diversidad en plena época de globalización. La etnohistoria alumbrada de la interacción de la etnología, la historia, la arqueología y la antropología, ha “reseteado” también su interés hacia los estudios de género, los migrantes, la estética y la imagen. Porque permite aprehender “lo otro”, volverlo a ver con otra mirada.
Dr. José Juan Jiménez González, Conservador del Museo Arqueológico de Tenerife