Aunque algunos acabaron por desaparecer, otros han celebrado ya su centenario y, por supuesto, han aparecido en el panorama museos nuevos. Casi sin excepción, todos han experimentado cambios en sus planteamientos de base, lo que los lleva a pasar de las musas a las masas y del academicismo a tendencias más populistas. Se observa una clara orientación turística y un escoramiento, saludable por otra parte, a su inclusión dentro de la oferta de ocio de la sociedad. Así, los especialistas tradicionales (arqueólogos, historiadores del arte, …) comparten el control con una nueva estructura que integra nuevos perfiles profesionales tales como relaciones públicas, gerentes, pedagogos o especialistas en marketing.
Se vive a partir de entonces una positiva y deseable popularización de los espacios culturales e irrumpen en ese camino las nuevas tecnologías. Se incorporan como grandes y poderosos aliados. Sistemas interactivos y medios audiovisuales forman parte de los montajes expositivos como herramientas narrativas o sirven de apoyo a los departamentos educativos en distintas acciones y actividades, bases de datos informáticas documentan las colecciones, novedosos aparatajes ayudan a la monitorización y control de los parámetros medioambientales que afectan a los fondos que las instituciones albergan, nuevos canales de comunicación (Facebook, YouTube, Twitter o Instagram) dan soporte a la divulgación, ….
Gracias a esas nuevas tecnologías ahora mismo sobreviven los museos. Nos permiten abrirnos al mundo, mientras las circunstancias mandan a las colecciones, como a las personas, a vivir en aislamiento. Nuestros antepasados fueron capaces de pasar, en un fabuloso salto evolutivo, de fabricar una tabona* a fabricar un móvil. Es su cerebro el responsable de la tecnología. El mismo que pinta bisontes en una cueva, meninas que acaban en un museo o inventa ventanas digitales para visitarlo todo desde el confinamiento.
* tabona: piedra afilada por un extremo que empleaban los primitivos habitantes de la isla de Tenerife como instrumento cortante o como arma
Carmen Dolores Chinea Brito.
Subdirectora del Museo de Historia y Antropología de Tenerife