Se trata de un antiguo taxímetro de la marca Ripoll (modelo E2) fabricado en los años 60-70 por Industria Nacional de Taxímetros y Aparatos de Precisión S.A. con sede en Madrid y Barcelona. Está provisto de manivela de indicación de libre/ocupado (banderín), contador de paso en pesetas y otros datos como contador de viajes, kilómetros del vehículo, etc.
El taxímetro es un aparato mecánico que marca automáticamente el tiempo, la distancia recorrida y la cantidad a devengar. En Tenerife comenzaron a utilizarse en 1930, obligados por el alcalde Santiago García Sanabria, ante las protestas aparecidas en la prensa local por la subida de precios en los taxis entre Santa Cruz y La Laguna de 12 a 15 pesetas.
Fue inventado por el ingeniero alemán Wilhelm Bruhn en el año 1891 y si bien el primer taxi en usarlo fue el Daimler Victoria, fabricado por Gottlieb Daimler en 1897, el primer taxi moderno como lo conocemos hoy en día que lo instaló comenzó a rodar en 1904. Se trataba de coches pequeños de dos cilindros lanzados en París por Renault. Pero la difusión definitiva de este aparato no llegaría hasta el año 1907.
En las islas, la implantación del taxímetro no fue paralela, sin embargo, al desarrollo del servicio público del taxi desde sus primeros momentos, sino que hubo que esperar a que las administraciones fueran tomando medidas de control del servicio a través de las oportunas regulaciones. El primer vehículo que llegó a Canarias fue en febrero de 1902. Éste sería también el primer taxi de Tenerife, ya que en mayo de ese año cambiaría de propietario para dedicarse al servicio público junto con un ómnibus llegado en esos días. Luego, en 1908, se establecieron las primeras paradas de “automóviles de plaza” en Santa Cruz, para atender a la frecuente llegada de viajeros en los barcos de línea regular. Su éxito condujo al paulatino aumento de la flota de vehículos dedicados a este servicio, cuyas primeras normativas municipales serían aprobadas el 2 de febrero de 1914. Más tarde, en 1930, se incluían las obligaciones de llevar el número de la licencia en la visera de la gorra del uniforme, poner en la placa de matrícula las letras S.P. de servicio público e insertar en la puerta delantera un óvalo de fondo blanco con la palabra taxi. Las normas de obligado cumplimiento llevarían a la constitución de la asociación de propietarios de turismos, gran turismo y taxis, en 1931.
Desde entonces, el número de taxis en Tenerife se iría incrementando con nuevas licencias (276, en 1964 y 1.068 en 2003), e irían sucediéndose episodios de todo tipo, desde la remesa de los “Austin A-140 Cambridge” para los 65 asalariados que fueron conocidos por la “Quinta del 27”, debido a las dos primeras cifras de las matrículas de sus vehículos, pasando por la llegada de los Peugeot 404 en 1969 o los altercados en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Santa Cruz, encierros y concentraciones por los representantes sindicales y miembros de la cooperativa del taxi en 1980, por la aprobación de 161 nuevas licencias, al entender que saturaban el sector.
Los primeros taxímetros eran originalmente mecánicos e iban montados fuera del taxi, encima de la rueda delantera lateral del conductor o simplemente en el exterior, al lado de éste, como en Tenerife, importados de Francia de la marca BABY y TAKO. Como se estropeaban con facilidad y no se podían reparar, a partir de 1950 se les obligó a llevarlos interiormente, ahora de la marca RIPOLL. Años más tarde se colocaron los de la firma catalana TAXITRONI y el electrónico VITRONI vasco. En los años 80 los taxímetros mecánicos pasaron a ser electrónicos eliminando, de esta manera, el familiar sonido de tictac que hacia el mecanismo de sincronización.
En la actualidad existen muchos tipos y cuentan con diferentes clases de accesorios. En algunos lugares se utiliza un cartel luminoso para indicar si el taxi se encuentra disponible y en otros una banderita giratoria que se puede ocultar a conveniencia.
En Tenerife se instaló en el 2003, el modelo IdGalileo, un sistema que integraba taxímetro, pago con tarjeta, impresora y teléfono manos libres, sistema que permitía la implementación futura con nuevas posibilidades como seguridad GPS, gestión de flotas, teléfono del pasajero, central de alarmas del automóvil, cambio remoto de tarifas, cambio automático de zona tarifaria, tarjeta profesional o asistencia vocal para invidentes, pago con teléfono móvil, tarjeta del taxi, recarga de teléfonos móviles etc.
Sin duda, la presencia de esta pieza en las colecciones evoca y nos convoca a un viaje al pasado para visitar el universo de taxis y taxistas que fueron y siguen siendo parte del panorama insular.